Con la pandemia del COVID 19 como fondo inevitable, las especulaciones sobre los cambios que esta nueva plaga puede ocasionar al orden mundial están a la orden del día.
Pero la verdad, solo unas cuantas cosas están aseguradas y a cambio hay un debate sobre la realidad, o la profundidad, de los cambios que la recesión que ahora empieza traerá al orden mundial.
Parte de la situación será determinada por la duración de la emergencia sanitaria en los países desarrollados. La otra, por la posibilidad de recuperación de la economía mundial y las consecuencias de la guerra petrolera entre Arabia Saudita y Rusia.
La principal especulación se refiere a la situación de los principales competidores geopolíticos y económicos, Estados Unidos y China. Para muchos, Washington ha estado en un proceso de retracción mundial acelerado por el estilo de gobierno del presidente Donald Trump, mientras China busca activamente asumir ese rol.
La postura china es favorecida por su desempeño económico pre-coronavirus, que en menos de medio siglo la llevó de ser un país agrario y atrasado a ser "la fábrica" del mundo.
Pero al mismo tiempo, los Estados Unidos y sus intereses continúan en el núcleo de la economía mundial y enfrascados en un choque comercial con la República Popular China que tiene efectos negativos para ambos.
La desaceleración económica provocada en buena medida por ese choque llevó a que China redujera sus importaciones de materias primas y alimentos, en detrimento de países en desarrollo, que como Argentina Brasil, Chile y Perú en Latinoamérica se habían convertido en sustanciales proveedores.
Y mientras Washington y Beijing se encuentran en una nueva versión de la "Guerra Fría", en una competencia geopolítica por el liderazgo mundial, la pandemia parece haber sido hecha a la medida de los regímenes seudonacionalistas sobre bases que no excluyen el racismo, la xenofobia y tendencias autoritarias, aún en la presuntamente civilizada Europa.
La pandemia del COVID 19 dio nuevo impulso a fuerzas centrífugas en la Unión Europea, reflejadas tanto por la consumación del Brexit -la salida de Gran Bretaña- como en el retorno práctico de las fronteras nacionales.
La tendencia al alejamiento de ideologías parece también una constante. Los gobiernos se dividen ahora entre aquellos capaces de entregar certidumbres y seguridad a su población y aquellos que no.
Y en ese sentido los mitos no funcionan: en Turkmenistán el gobierno prohibió el uso de la palabra coronavirus para apoyar su argumento de que no ha sufrido contagios y Corea del Norte reforzó su aislamiento para declararse libre del padecimiento, aunque hay serias dudas en ambos casos.
Para muchos, en todo caso, la pandemia sólo reforzará tendencias que ya se daban en el viejo mundo pre-coronavirus. Los gobiernos eficientes seguirán siéndolo y los ineficaces continuarán por su camino; Estados Unidos y China seguirán en pugna y la UE en crisis existencial. [nota_relacionada id=947285]
POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS
JOSE.CARRENO@HERALDODEMEXICO.COM.MX
@CARRENOJOSE
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