Estamos divididos. Ni una pandemia que amenaza la salud y el empleo de todos los mexicanos ha servido para articularnos en el propósito común de sacar adelante a México.
El gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha contribuido enormemente a ello. Muchas decisiones siguen tomándose desde los prejuicios, la información distorsionada, la mentira y el aprovechamiento político. Para el registro quedará el comportamiento de quienes gobiernan actualmente en distintos niveles. Habrá quienes saldrán bien librados; ya los enlistaremos.
El hecho incontrovertible es que el país se encuentra, como todo el mundo, frente a uno de los desafíos más grandes de la historia contemporánea y nada hasta ahora, ni un estudio, informe o proyección, señala que saldremos bien librados. Qué más da cuál sea, todos pronostican que la economía decaerá, muchos negocios bajarán la cortina para siempre y se perderán cientos de miles de empleos.
Lastimados luego del trato de hace dos semanas durante una reunión con el Presidente, los empresarios agrupados en los organismos de élite comprendieron que debían superar las diferencias entre ellos para subsistir. Tras una primera reunión virtual donde se mostraban enojados y no dejaban de culpar al gobierno, el jueves la mayoría regresó a una numerosa videoconferencia.
Carlos Salazar Lomelín, presidente del Consejo Coordinador Empresarial, convocó a los afiliados a alcanzar un gran acuerdo nacional para reactivar la economía y recuperar lo más pronto que se pueda los trabajos perdidos y reabrir las empresas. Pero la división y reclamos de algunas cámaras persisten.
Quizá para ejemplo deben voltear a ver lo que compañías, organismos sociales, sindicatos, universidades y gobierno de Nuevo León han alcanzado. Dejando de lado sus diferencias, presentaron cinco acciones para conservar la salud, el trabajo, la seguridad y la paz de los habitantes del estado, todas enfocadas a que micros, pequeñas y medianas empresas resulten mayormente beneficiadas, toda vez que generan la mayoría de los empleos del país.
Fieles a sus raíces (nacieron para enfrentar la hegemonía priista), reclaman que no se cuenta con el respaldo requerido a nivel federal. El primer punto es clave: dar prioridad a la unión de la sociedad con su gobierno y representantes, para a partir de allí, impulsar las acciones que permitan cuidar la salud de los ciudadanos y reactivar de una manera cuidadosa, pero ágil la actividad económica estatal. Prácticamente no hay quien se niegue a participar en el acuerdo. Los corporativos más importantes volvieron a sacar su lado filantrópico e idearon un proyecto de tres fases, para primero paliar a la emergencia sanitaria con insumos médicos, luego ayudar a los desempleados y por último apoyar la reactivación de pequeñas empresas. Como todo, se irá ajustando a la realidad.
Les quedan por delante cuando menos 45 días de paro económico. Mes y medio para salvar al país. Solos quizá, pero ojalá no desunidos. [nota_relacionada id=977523]
POR CARLOS ZÚÑIGA PÉREZ
CARLOSZUNIGAPEREZ@GMAIL.COM
@CARLOSZUP
eadp
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