Crónicas del cautiverio

El aislamiento puede propiciar desde frustración y ansiedad hasta una genuina inspiración para crear nuevas formas de convivencia familiar

No soy una especialista en análisis de conducta humana, pero percibo que en esta etapa de confinamiento es factible que experimentemos los más exacerbados sentimientos, tanto positivos como negativos. Por un lado, los niños y adolescentes han perdido por ahora la intensa actividad social que les proporcionaba el diario acontecer de sus colegios y los adultos han perdido las rutinas que regularmente realizaban a lo largo del día.

Es cierto, son encomiables los esfuerzos de algunos maestros que tratan de mantener contacto con sus alumnos por redes sociales, sin embargo, los niños no tienen la atención óptima que les proporciona estar de lunes a viernes al cuidado y supervisión de sus profesores para evaluar sus avances y fortalecer su instrucción.

Esta situación puede modificar los periodos de sueño y la vigilia, porque la inactividad en las calles también distorsiona la percepción del tiempo, pues todos los días son como un eterno domingo, al que desgraciadamente se suman las preocupaciones por la condición crítica del empleo en el país que desafortunadamente se agudiza con la crisis sanitaria que padecemos todos los terrícolas.

Internet muestra testimonios muy variados que van a los extremos anímicos. El aislamiento puede propiciar desde frustración y ansiedad hasta una genuina inspiración para crear nuevas formas de convivencia familiar. Se agradece también que en redes sociales se hayan volcado muchas personas para compartir sus conocimientos o contenido festivo para aligerar el aislamiento.

Aunque suene paradójico, a pesar del cautiverio no dejamos de ser comunidad, y con ello estamos actuando de manera colectiva para mitigar los contagios y llegar al punto en que la estadística determine que ya es posible regresar a nuestras actividades cotidianas. Así he decidido iniciar por medio de redes sociales una serie de entrevistas que son de utilidad pública para resolver dudas con respecto al transcurso de la pandemia y todas sus consecuencias en los diversos ámbitos de nuestra vida.

Todos los miércoles y viernes, en punto de las 6 de la tarde, estaré en estas conversaciones con un especialista, respaldada por los comentarios que me sean enviados durante las transmisiones. Esta semana de estreno dialogué con el ex gobernador de Jalisco, Aristóteles Sandoval, y con el miembro numerario de la Sociedad Mexicana de Estadística y Geografía, Marco Antonio Mendoza.

El miércoles platicaré sobre violencia de género con Carolina Viggiano, y el viernes sobre impacto emocional con Gabriela Porras. Espero sus sugerencias.

CONSUMMATUM: Tenemos suficiente tensión con el COVID-19 como para agudizar con tragedias prevenibles. En Umán, Yucatán, la empresa Ecolsur, que se encarga de almacenar residuos tóxicos, sufrió un incendio y ya van dos en menos de un año. Esto es alarmante porque se encuentra circundado tanto por un fraccionamiento habitacional como por otras fábricas con materiales industriales altamente flamables. El edil Gonzalo Canché ha informado del riesgo permanente de los colonos, porque Ecolsur tiene emisiones de ácido sulfúrico que provocan problemas en la piel, daños irreversibles en las vías respiratorias y cáncer.

Mucho ojo, gobernador Mauricio Vila, David León, de Protección Civil, y Blanca Vera, de Profepa. [nota_relacionada id=977354]

POR LORENA PIÑÓN RIVERA

SECRETARIA NACIONAL DE GESTIÓN SOCIAL DEL PRI

@LORENAPIGNON

eadp

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