Después de Andrés Manuel López Obrador, el hombre más mediático, sin duda alguna, es el doctor Hugo López–Gatell Ramírez, subsecretario de Prevención y Promoción a la Salud de la Secretaria de Salud Federal. Con 51 años, es médico por la UNAM, tiene una especialidad en Medicina Interna por el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán. En la misma UNAM logró una maestría en Ciencias Médicas Odontológicas y de la Salud, y cuenta con un posdoctorado en Epidemiología, estudios que realizó en la Bloomberg School of Public Health de la Universidad Johns Hopkins, casualmente la misma institución que ha revelado la realidad de contagios y muertes por COVID-19 en Estados Unidos.
Desde 1998, López–Gatell ha ocupado varios puestos que lo han llevado a la Secretaria de Salud de facto y hay quienes, después de esta crisis, lo visualizan para competir por la rectoría de su alma mater, la Universidad Nacional Autónoma de México. Además de verlo muy activo hace 11 años con la influenza A-H1N1, ha resultado ser un sorprendente comunicador. Yo siempre he pensado que los servidores públicos deben comunicar correctamente sus planes y sus ideas, y en el caso de López–Gatell, sabedor de su capacidad verbal y mediática, dio un sorprendente brinco a la esfera política al asegurar que el Presidente de este país “es una fuerza moral y no una fuerza de contagio”.
Este comentario le valió el aplauso de unos y el repudio de otros. Andrés Manuel López Obrador lo apapachó, engrandeció, por momentos parecía el delfín; en respuesta, López–Gatell, a costa de su imagen, insistió en un “aplanamiento” de la curva de contagios que resultó inverosímil a la vista de todos y ante la realidad mundial. El miércoles algo pasó, que al volver a citar el modelo Centinela, que hace estimaciones de dispersiones en este caso virales, y que ha sido multicitada en las conferencias vespertinas, reveló que de las cifras oficiales de contagio habría que multiplicarlas por ocho para conocer los posibles casos reales de COVID-19 en México.
El asunto es relevante porque López–Gatell siempre evadió el hacer estimaciones, y el miércoles con un “tan tán” sabemos que tenemos casi 30 mil casos de coronavirus. ¿Qué habrá pasado?, ¿por qué la sensatez del doctor Hugo?, ¿fue más fuerte la presión de la opinión pública para conocer casos reales?, ¿o ya se dio cuenta que apostar por el apoyo del Presidente es una empresa inútil?
Sea como sea, hoy tenemos otra realidad de contagios y fallecidos por coronavirus. Aunque sea en la estimación, eso es mejor que nada.
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Corazón que sí siente
Al llamado de los partidos a donar parte de sus dietas para apoyar la compra de insumos para el manejo de enfermos de COVID-19, Manuel Velasco, coordinador del Verde Ecologista en el Senado fue más allá, pidió entregar ciento por ciento de las dietas. Por lo menos desde el Verde el dinero ya fluye.
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POR JESÚS MARTÍN MENDOZA
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