Actualmente, en México y en el mundo se ha experimentado una mayor participación femenina en diversos ámbitos de la sociedad. Si bien suena fácil, ha sido un proceso que ha tomado más de 60 años; comenzando con la búsqueda de conseguir derechos básicos para las mujeres como son la educación, la libre expresión y la participación cívica y política. A la fecha, se podrían enumerar cientas de pequeñas batallas en búsqueda de la equidad entre hombres y mujeres, pero esto no significa que la lucha esté cerca de terminar.
El pasado 8 de marzo, cuando más de 80 mil mujeres unieron voz para exigir justicia por los acontecimientos de violencia de género que han plagado el país, y el 9 de marzo durante el paro en el que millones de mujeres pararon sus labores diarias con el objetivo de generar conciencia, fueron eslabones históricos en el camino de la sociedad mexicana hacia la igualdad, recordatorios imprescindibles de que las cosas tienen que cambiar.
A lo largo de la historia, las mujeres han jugado papeles importantes que han transformado el mundo. Por ejemplo, Juana de Arco que a su corta edad encabezó las tropas francesas en la guerra de los 100 años que con su valentía logro reconquistar Orleans; Margaret Thatcher, conocida como la “Dama de Hierro” derribó el techo de cristal convirtiéndose en Primera Ministra por primera vez en la historia de Reino Unido; Marie Curie, pionera en el campo de la radioactividad que dedicó su vida a la investigación médica, abrió el paso para que más mujeres incursionaran en el campo de la ciencia y la tecnología.
Como resultado, es más fácil para las mujeres de las nuevas generaciones pensar en participar en la política, la ciencia, la tecnología o el ámbito militar, sectores antes considerados exclusivos para los hombres. Datos recientes señalan que, de las carreras STEM en México, un 35% de los matriculados son mujeres, señalando un importante avance que debe continuar hasta alcanzar una paridad de género. De igual manera, se ha observado una penetración de las mujeres en la representación política de hasta 40% en las Cámaras de Diputados y de Senadores. De las Fuerzas Armadas Mexicanas, casi el 12% son mujeres, cifra que a pesar de ser aún baja, es totalmente disruptiva si se hace la comparación con los datos de hace poco menos de una década.
Ahora bien, un indiscutible aliado del feminismo moderno es algo que utilizamos todo el tiempo: la tecnología. Un factor en constante cambio, que crece exponencialmente, se ha vuelto un área de incursión y de oportunidad para las mujeres, alcanzando recientemente un 38% de mujeres fundadoras de empresas tecnológicas. A pesar de que esta industria se encuentra lidereada por hombres, existen varias iniciativas para promover y aumentar el número de mujeres en la tecnología como lo hace ¨Women in Mobile¨, cuyo objetivo es dar visibilidad e impulsar la participación de las mujeres en este ámbito
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Según las investigaciones de la consultora ATKearney, las empresas que son lidereadas por mujeres son más rentables económicamente, lo que significa que podrían contribuir a llevar la tecnología a un grado nunca antes visto. Un sector tecnológico más diverso e incluyente se vería altamente beneficiado y con un desarrollo más integral y acelerado. Además, la incursión de las mujeres en la innovación y la tecnología permiten un desarrollo de la tecnología con una perspectiva distinta,
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POR DISRUPTIVE LABS
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