La opinión más generalizada sobre para qué sirven los partidos políticos o cuál es su finalidad es, sin duda, la de la lucha por el poder o, más aún, la lucha por los cargos públicos. Si bien es cierto que esa disputa es real, no es la única función de los partidos.
Y esto, ¿por qué es un asunto de todas y de todos? Pues porque estas asociaciones de interés público reciben financiamiento de la población y ese financiamiento debe ser utilizado también para promover la participación ciudadana, incluso más allá de las elecciones. Están obligados a canalizar las demandas de la población para que sean consideradas por los tomadores de decisiones.
En una emergencia de salud como la que estamos atravesando, qué están haciendo los partidos. En el caso de la oposición, qué hacen más allá de atacar al Presidente por su estilo personal de gobernar, o intentar infructuosamente desacreditar a un subsecretario que siempre les responde y con un temple sobresaliente los deja mal parados, un día sí y otro también. ¿A qué se dedican los partidos de oposición en la contingencia sanitaria? ¿En qué ayudan?
El caso de Morena merece atención especial. En plena contingencia, Morena está emplazada por el Tribunal Electoral a renovar su dirigencia porque, lea usted bien, no se han suspendido los plazos que le fijó el propio tribunal. Sí, en plena emergencia sanitaria, prácticamente a todos los medios les ha pasado por alto que las instancias electorales no han suspendido los plazos. Eso sí, los magistrados ya anunciaron que no tendrán ya audiencias públicas; es decir, ellos resguardados y a los demás que se los lleve el COVID-19.
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Ha sido la propia dirigencia de Morena la que, después de dar a conocer su convocatoria, también la ha tenido que suspender en acuerdo con su órgano jurisdiccional, porque del tribunal, ni sus luces. Quizá este esfuerzo no ha tenido mayor atención por las razones de salud entendibles, pero no implica que no se deba reconocer la capacidad de la nueva dirigencia, que ha logrado salir del marasmo en que la habían sumido, capacidad que seguramente algún provocador intentará desestimar. La convocatoria está muy bien, pero qué está haciendo Morena frente a la crisis.
De entrada, se podría ofrecer un decálogo dirigido a las administraciones municipales, para fomentar acciones de gobierno que aminoren el sufrimiento de los que menos tienen; programas de abasto popular, garantizar el suministro de agua, denunciar como autoridad ante la Profeco a quienes estén incrementando los precios injustificadamente, amplificar su capacidad de comunicación para ayudar a que el mensaje del gobierno federal llegue a todos los rincones, robustecer la atención a la violencia de género y, al mismo tiempo, advertir que ninguna de estas iniciativas sea utilizada para desviar recursos, vigilar que así sea y, de lo contrario, expulsar de sus filas a quien lo haga, sea quien sea.
POR DANIEL SERRANO
LIDERAZGO POLÍTICO DE IZQUIERDA EN EL EDOMEX
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