El mundo del futuro comienza a dividirse entre los que tomaron medidas a tiempo para enfrentar la pandemia del Covid-19 y reaccionaron con seriedad, y quienes decidieron ignorarlo.
Los efectos de la crisis apenas comienzan a sentirse, con casi 700 mil enfermos confirmados y más de 33 mil muertes en el mundo, y generará una reconfiguración económica, política y social planetaria. Es una llamada de atención para invertir en más y mejores sistemas de monitoreo, alerta y reacción.
Los gobiernos se dividen entre los que tomaron la amenaza en serio y los que lo minimizaron, sea por ignorancia o peor, negligencia, sin importar el nivel de desarrollo.
El mundo se dividirá entre las empresas que hacen hasta lo imposible por mantener a su gente empleada y los corporativos que aprovecharán para declararse insolventes y despedir personal: valdría la pena establecer un “Observatorio de Responsabilidad” que registre a estas empresas.
La división se dará también entre las familias que se pueden aislar y las que no. En México, el 57% de los empleos reside en la economía informal, y quedarse en casa un par de meses no es opción. No hay sistema perfecto, pero será necesario un cambio para minimizar el mercado informal.
Hay también familias que, por ignorancia o negligencia, deciden no aislarse -sin importar la condición socioeconómica- y es ahí donde la intervención del Estado tiene que hacer efecto.
https://maps.google.com/maps?q=19.3743435%2C-99.1789628&z=17&hl=esEste evento tendrá repercusiones humanitarias, políticas, económicas y de seguridad similares a los ataques del 11 de septiembre en Nueva York o el terremoto de México en 1985, pero a escala global.
Vemos las secuelas iniciales de una guerra biológica que será parteaguas: cerrar fronteras, cerrar ciudades, escasez de artículos básicos como papel higiénico,material de limpieza, mascarillas, medicinas, y el impacto financiero en las bolsas… seguidos por toques de queda, cuarentenas forzadas, despliegues militares, hospitales de campaña y ataques xenofóbicos. ¿Alguna duda de que estamos en guerra?
De no estabilizar el contagio, se profundizará la crisis económica: desempleo masivo,racionamiento de alimentos, gasolina y agua, alteración de las cifras oficiales, quemas clandestinas de cuerpos, comunidades con códigos propios de migración y justicia, censura y estigmatización social de los enfermos y sus familias.
El mundo deberá prever cómo organizarse para sobrevivir una pandemia aún más mortal. Si este caos lo genera un virus con el 2% de mortalidad, imaginemos los efectos de un virus como Ébola -como el de África en 2014-2016 – que tiene 50% de mortalidad.
El mundo del futuro se dividirá entre los que tomaron medidas a tiempo y reaccionaron con seriedad, y quienes decidieron ignorarlo, burlarse o minimizarlo. La mejor prevención contra el virus es el aislamiento para disminuir el ritmo de contagio y ganar tiempo para que se desarrolle una vacuna.
Aun así, la ignorancia y negligencia son el contagio más peligroso para la humanidad. [nota_relacionada id=868545 ]
POR ÍÑIGO GUEVARA MOYANO
* CONSULTOR DE LA COMPAÑÍA JANE’SEN WASHINGTON, DC.
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