El presidente López Obrador se ha empeñado en ahuyentar la inversión. La cancelación ilegal y autoritaria de la planta Constellation Brands, de más de 3,500 millones de dólares, se suma a la cancelación del aeropuerto, a las rondas petroleras, a las subastas eléctricas y al conflicto generado con las empresas que construían los gasoductos.
La animadversión ideológica hacia los empresarios no es nueva. En sus discursos de campaña de 2018 los llamaba “minoría rapaz”, “traficantes de influencias” y “delincuentes de cuello blanco”. Cuando las ofensas calaban, Alfonso Romo se reunía con ellos para decirles: “tranquilos, cuando gane se va a moderar, vamos a ganarnos su confianza”. Muchos le creyeron. Hoy todo México lo paga.
Si analizamos solo tres decisiones del presidente en el primer trimestre de 2020 encontraremos que estas costarán más de 100 mil millones de pesos al país.
- Cancelar la planta de Constellation Brands, significa perder una inversión total de 3,500 millones de dólares. De ellos, la empresa podría tratar de recuperar el 60% que ya llevaba invertido en la planta, es decir, unos 2,100 millones de dólares. Así, mientras nuestros médicos y enfermeras no tienen equipo básico para enfrentar la pandemia de Covid-19, el gobierno va a tener que usar nuestro dinero para cubrir esta indemnización millonaria. Esto sin mencionar el costo a largo plazo en términos de inversiones que preferirán irse a países con gobiernos más serios y responsables.
- Tolerar el bloqueo de las vías ferroviariaspor grupos políticos afines a MORENA ha causado pérdidas a las empresas por cerca de 340 millones de pesos durante el mes de marzo. En Puebla, estuvo bloqueada por 13 días la vía que conecta a los puertos de Coatzacoalcos y Veracruz con el resto del país. En Michoacán, los normalistas y después los miembros de la CNTE (Coordinadora Nacional de Trabajadores del Estado)- bloquearon las vías ferroviarias por más de tres días.
- La incapacidad de programación y presupuesto de la SHCP. Desde el arranque del año se observó que la meta prevista de 1.95 millones de barriles diarios estaba al menos 240 mil barriles por arriba de lo que podría alcanzar Pemex. Esto ya había generado un boquete fiscal por más de 78 mil millones de pesos. Ahora con la crisis del coronavirus y la guerra de precios del petróleo –el barril se calculó a 49 dólares, hoy está en menos de la mitad– el boquete será varias veces más amplio.
El mundo se está dando cuenta de que en México ya no es seguro invertir. En 2019, México cayó ocho lugares en el Índice de Confianza de Inversión Extranjera Directa de a AT Kearny. Antes de AMLO, éramos el lugar 17. Hoy somos el 25.La baja en la calificación de la deuda soberana que realizó S&P Global se suma a este panorama desalentador. Si por cada foto con empresarios en Palacio Nacional se hubieran concretado 1000 millones de dólares en inversión, tendríamos menos preocupaciones. Lo único que tenemos es un álbum de fotos.
[nota_relacionada id=941108 ]El gobierno no tiene recursos para impulsar un plan contracíclico. Pero el problema serio, lo que quita el sueño, es que a la falta de dinero se suma a la capacidad para diseñar un programa de emergencia económica.Y aunque este existiera, es muy probable que el presidente lo rechace por sus limitaciones ideológicas.
El sexenio pasado, se decía que la corrupción le costaba 9% del PIB a México. A ese porcentaje le tendremos que sumar los puntos del PIB que nos está costando la aventura populista.
POR FAUSTO BARAJAS
lctl