La moda es uno de los sectores más afectados por el Coronavirus (COVID-19), con bajas en sus ventas hasta por 30 por ciento en la segunda semana de marzo, comparado con la misma fecha del año pasado.
Con tal situación, la industria ha decidido no quedarse con los brazos cruzados, solidarizarse con el mundo entero y salir adelante. Ha contribuido de diferentes formas, aquí algunos ejemplos:
LVMH. El grupo más grande de firmas de lujo, entre ellas Louis Vuitton y Christian Dior, presidido por Bernard Arnault anunció que producirá sanitizantes con base de alcohol en sus fábricas para obsequiar a las autoridades francesas, así como una orden de 40 millones de máscaras especiales de China, para regalar al servicio de salud francés.
Kering. Grupo rival de LVMH y dueño de marcas como Gucci, también está fabricando un millón de mascarillas y 55 mil trajes para los médicos italianos.
Esteé Lauder. Donó 2 millones de dólares a la organización Doctores sin Fronteras y ha reabierto fábricas para producir desinfectante para las manos.
Chiara Ferragni. La famosa blogger, influencer y diseñadora italiana logró juntar más de 4 millones de euros para el hospital San Rafael de Milán.
Inditex. Donó 300 mil mascarillas y fabricará material sanitario a disposición del gobierno español.
Ralph Lauren. A través de su fundación donará 10 millones de dólares para material médico, cuidado de la tercera edad y de niños. También producirá 250 mil mascarillas y 25 mil trajes especiales.
Kylie Jenner. Dio un millón de dólares para la campaña organizada por el hospital Cedars Sinaí, para que se compren máscaras N95 y protectores de rostro.
La solidaridad se muestra en todos los aspectos, por ejemplo, revistas como Vanity Fair Italia, en portada lleva a la Dra. Caterina Conti, quien es especialista en pulmones en el hospital de Bérgamo. Las ventas de esta edición se irán para dicho hospital.
Y es que toda la industria está sufriendo una crisis de identidad, ya que en estos momentos de pandemia la moda puede ser vista como un capricho millonario y hasta innecesario. El sentimiento general es de suspensión, de paro total y de incertidumbre. Por el momento los hábitos de compra del consumidor cambiaron drásticamente y nadie sabe si volverán a ser igual, esto para bien o para mal.
Vemos un aumento en anuncios de athleisure, esta tendencia de moda de prendas fashion fusión con lo atlético y cómodo que ya venía fuerte. Ahora toma un auge especial. Todas las marcas desde las lujosas hasta las más económicas han sacado su versión de pijama para estar en casa, no para dormir, y también la versión de zapato/pantufla.
El factor de estilo de vida ha cambiado, hoy pasamos más tiempo que nunca en casa y revaloramos lo importante de sentirnos a gusto y cómodos en ella, no como capricho, sino como necesidad. [nota_relacionada id=938549]
POR BRENDA JAET
@BRENDAJAETK
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