La ausencia de Luisa Alcalde

No ha emanado ninguna directriz o anuncio que alivie lo que muchos mexicanos están empezando a padecer

La descomunal cifra de 3,280,000 personas desempleadas que reportó EU ayer son un signo inequívoco de la dimensión de la recesión que está en marcha y que se detonó de un día para otro. Y en México también hubo cifras desalentadoras de desempleo. La tasa de desocupación subió ligeramente en febrero, reportó ayer el Inegi; ubicándola en 3.7 por ciento. Pero más preocupante fue que la tasa de subocupación creció notoriamente, al dispararse de 6.8 a 9.3 por ciento. Esto significa que, ya en febrero, hubo gente que requería trabajar más y no encontró dónde hacerlo.

A lo anterior hay que añadir, en las últimas semanas, la notoria depreciación del peso frente al dólar, de más de 20 por ciento, lo que se traslada directo a nuestro nivel salarial. Sobre todo, tomando en cuenta que decenas de empresas ya están ajustando precios al público de bienes y servicios que están necesariamente dolarizados. La compra de cualquier teléfono inteligente o de un auto reflejará esa depreciación en cosa de días, si no es que ya lo está reflejando.

Y a todo esto es muy notoria la ausencia de la secretaria del Trabajo Luisa María Alcalde. De la Secretaría del Trabajo no ha emanado ninguna directriz o anuncio que alivie lo que muchos mexicanos están empezando a padecer. No hay propuestas, ni políticas públicas para aminorar el problema. Solo hubo un comunicado hace una semana, cuando la pandemia ya estaba en marcha, para conminar a los patrones a no despedir a sus empleados de forma injustificada ni a modificar las condiciones de trabajo.

¿Dónde se están registrando a las personas que se están quedando sin empleo estos días?; ¿qué se les está ofreciendo o se les ofrecerá?; ¿cómo se utilizará la tecnología desde el gobierno para facilitar la circulación de los perfiles profesionales?; ¿quién encabeza algún debate en el país sobre el seguro de desempleo? La Secretaría parece paralizada frente al desmoronamiento del aparato productivo nacional, y frente a la migración masiva que podrá venir de decenas de miles de personas del sector formal al informal. Una tragedia laboral está en ciernes y la autoridad está ausente (y como el subsecretario López-Gatell ya cerró el gobierno desde ayer, es previsible que no sepamos de esta Secretaría durante muchas semanas más).

GRUPO POSADAS

Muy dura la evaluación que hizo Standard & Poor’s de la empresa de José Carlos Azcárraga. Los hoteles están golpeadísimos por el COVID-19 y la calificadora sentenció: “los compromisos financieros de Posadas parecen no ser sostenibles en los siguientes dos años”.

DEUDA SOBERANA

Vamos hacia abajo sin que Hacienda responda a cabalidad. La baja a la calificación soberana a BBB con perspectiva negativa es un llamado de atención que, de ignorarlo, sería suicida. AMLO debe cancelar sus proyectos caprichosos ya.

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POR CARLOS MOTA
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