EEUU, ¿en el umbral de una crisis?

Las peticiones de asistencia ponen fin a la joya de la política de Trump: una tasa de desempleo menor al 5%

El brote de coronavirus está en camino de convertirse en una crisis sin precedentes en Estados Unidos: económica y social con consecuencias políticas.

En lo que se refiere a salud pública, los ya más de 50 mil contagiados y más de un millar de fallecimientos son sólo el anuncio de lo que viene, según investigadores médicos.

En lo económico, el problema fue subrayado por los 3.3 millones de personas que esta semana pasada presentaron peticiones para obtener auxilio por desempleo.

Esa misma cifra representa lo que puede ser una de las mayores crisis sociales en la historia del país, por sus secuelas en términos de pobreza, y eso sin considerar el seguro impacto negativo sobre minorías y especialmente sobre los casi 11 millones de residentes indocumentados.

En lo político, las implicaciones son considerables. Por un lado, la pandemia y sus efectos desplazaron de la atención a la campaña política presidencial, sin que los demócratas hayan acabado de definir a su candidato, y con el presidente Donald Trump en el centro de la atención pública. Pero ese foco es de doble filo: Trump se autocalifica con "diez", pero los problemas también le corresponden.

Las complicaciones derivadas de las demandas por beneficios de desempleo son representativas. Son de lejos la mayor cantidad de demandas de auxilio que se haya dado jamás desde que se creó el sistema federalizado, en 1935.

Las peticiones de asistencia pusieron también fin a lo que hasta ahora era la joya de la política económica del presidente Trump: una tasa de desempleo menor a cinco por ciento.

El desastroso anuncio era esperado ya, y se puede considerar como una de las razones por las que el presidente Trump se siente presionado a "reabrir" la economía estadounidense a partir del 12 de abril a pesar de los consejos de las autoridades sanitarias.

El problema es tanto más complicado porque el país no carece de recursos, pero su economía está esencialmente detenida, las tasas de interés de los bonos de la Reserva Federal están en rendimiento menos cero y las herramientas convencionales no parecen del todo útiles en una situación así.

La ley de estímulo aprobada el miércoles por el Congreso no es exactamente eso. De hecho, tiene menos la intención de estimular el crecimiento y el gasto para compensar una posible recesión que para evitar una masiva crisis de personas sin casa, el hambre y una ola de cierres de negocios como no se han visto desde el apogeo de la Gran Depresión, a fines de los años 20.

De acuerdo con análisis previos, los sectores más afectados son los de servicios, en especial como los de hoteles y restaurantes, agencias de viajes, así como los de servicios de apoyo, transportación y minería.

Todos juntos representan hasta 24.2 millones de personas, según la Institución Brookings, y aunque no se espera que todos demanden beneficios de desempleo la presión político-económica es enorme.

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POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS
JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM
@CARRENOJOSE1

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