La politización del coronavirus

Por casi cinco días, desacuerdos políticos entre republicanos y demócratas detuvieron un paquete de dos billones de dólares para la recuperación económica frente a la crisis del coronavirus.

La división fue a partir de los destinos de apoyo, que según los republicanos deberían ser más para la recuperación de la economía, a través de las empresas, y los demócratas, a fortalecer servicios sociales a favor de la población afectada.

La divergencia subraya la división entre los estadounidenses respecto a la crisis del coronavirus: tan políticamente polarizada como su opinión respecto al presidente Donald Trump.

"Incluso en un momento de emergencia nacional, parece que la afiliación al partido anula todo", lamentó la empresa encuestadora Rasmussen, prorepublicana.

Según la última encuesta telefónica nacional de Rasmussen, 45 por ciento de los votantes probables  estadounidenses califican la respuesta del presidente Trump a la amenaza del coronavirus como buena o excelente, y 43 pc dice que está haciendo un mal trabajo. Pero esas cifras reflejan también que mientras 77 pc de los republicanos dan marcas positivas a Trump, 57 pc de los demócratas y el 54 pc de los votantes que no están afiliados le son negativos.

 El partisanismo va más allá: estados con gobernadores republicanos como Oklahoma y Texas, tardaron más en imponer restricciones que los estados con líderes demócratas, que como en California, fueron más rápidos para cerrar actividades no esenciales. También hay disparidad rural-urbana en los casos confirmados: las áreas metropolitanas inclinadas a la izquierda como Seattle, Nueva York, San Francisco y Boston han visto más casos de COVID-19 que las pequeñas ciudades con tendencia republicana.

En parte es porque esas ciudades son centros comerciales o puertos marinos y aéreos que tienden a tener más tráfico internacional de viajeros. Pero no es accidente que esa relación más amplia con el mundo conforme sus actitudes sociales y políticas. Las zonas republicanas tienden a ser ciudades pequeñas o regiones rurales más aisladas geográfica y culturalmente.

Pero esa globalización ha llevado también a que sean esas ciudades, y los estados donde se encuentra —Masachussetts, Nueva York, California, Washington—, los más afectados por el coronavirus.

Hasta principios de la semana pasada, señaló el analista Ron Brownstein, Trump "minimizó el peligro de la enfermedad y exageró la medida en que Estados Unidos tenía "control" sobre ella, como documentó recientemente la publicación conservadora The Bulwark". 

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Más aún, figuras en medios conservadores como Rush Limbaugh y Sean Hannity insistieron por semanas en que los medios y los demócratas exageraban el peligro como un medio para debilitar a Trump. Y en una consideración que puede sonar familiar a los mexicanos, varios funcionarios republicanos alentaron a los estadounidenses a visitar bares y restaurantes cuando los funcionarios de salud pública instaban a lo contrario.

POR JOSÉ CARREÑO
JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM
@CARRENOJOSE1

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