A los observadores políticos objetivos e imparciales les llamó la atención que el presidente Andrés Manuel López Obrador, dijera y mostrara – que entre sus escudos protectores está un billete de dos dólares.
Aquellos recordaron la drástica caída de los precios el petróleo en 1981; la fuga de decenas de miles de millones de dólares en unos cuantos meses, y la aparición de los fantasmas de la devaluación, la inflación y la deuda externa, que posteriormente cobraron vida. En julio de 1982, envalentonado, el presidente José López Portillo acusó a los especuladores de atentar contra la moneda mexicana, de sacar provecho de la situación y de las cosas horribles, horribles que estaban sucediendo en el país.
Fue entonces cuando prometió que “defendería el peso como perro”. Tres meses después, en su último informe de gobierno anunció el control de cambios y la nacionalización de la banca, y remató con la siguiente frase que todavía retumba en la memoria de millones de mexicanos: “Ya nos saquearon…No nos volverán a saquear”, mientras lloraba a moco tendido. Banqueros, empresarios y la sociedad entera se quedaron perplejos por el anuncio. Diez años tardó el país en superar aquella crisis económica.
Casi cuatro décadas después enfrentamos dos crisis al mismo tiempo: Una sanitaria y otra económica provocada por la estrepitosa caída de los precios del petróleo. El gobierno de la 4T no sabe cómo hacerle para enfrentar ambas. Los empresarios y los banqueros (en un principio aliados del gobierno porque les prometió un plan de inversiones del sector privado en el sector energético, que hasta la fecha no se ha anunciado… ni se anunciará, dicen los enterados) están preocupados y les piden a gritos que instrumente medidas urgentes para preservar el empleo y mitigar afectaciones a la economía. El presidente “ni los ve ni los oye”.
Empresarios y banqueros quisieran que el Gobierno Federal sacara de las arcas decenas de miles de millones de dólares, que no tiene, para ayudarlos; aunque el Banco de México sí parece estar dispuesto a defender al peso como perro, metiéndole miles de millones de pesos al mercado, que inmediatamente “se los chupa”, sin lograr el objetivo. No sólo eso, baja la tasa de interés interbancaria medio punto, para dar liquidez, creando con ello más incertidumbre entre los ahorradores e inversionistas, quienes están pensando seriamente “ponerle alas” a su dinero.
Ante este escenario, el presidente enseña su amuleto de 2 dólares, que como todos los billetes de Estados Unidos llevan la siguiente leyenda: In god we trust (en Dios nosotros confiamos). En esas estamos, pues.
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AGENDA PREVIA
La gobernadora de Sonora Claudia Pavlovich puso en marcha apoyos para que pequeñas y medianas empresas puedan mitigar la contingencia sanitaria, que serán aplicados en marzo y abril, que consisten en 50% de descuento en el pago de ISR sobre la nómina de las empresas, cancelación del impuesto de hospedaje, prórroga para pago de licencias de alcoholes, entre otros. Adicionalmente se contará con 1,300 millones de pesos para apoyar preferentemente a empresas contratistas locales. Otros estados siguen el ejemplo.
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POR LUIS SOTO
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