¡Me voy a casar! ¡En buena hora! ¡Me dieron el trabajo! ¡En buena hora! ¡Estoy embarazada! ¡En buena hora! Nunca me hizo sentido esta frase cuando daba una buena noticia hasta los u?ltimos di?as.
Que? importante es el timing en la vida. Que se den las cosas en el tiempo correcto, que los sucesos tengan una alineacio?n y coordinacio?n cronolo?gica divina. La relevancia de la sincronizacio?n perfecta queda clari?sima ahora.
En estos momentos de pandemia mundial por el Coronavirus (COVID-19) he aprendido el verdadero significado de que todo se de? “en buena hora”.
Las buenas noticias y tambie?n las malas. Desde nacer hasta morir con todo lo que vives en medio, debes tener la suerte de que sea en buena hora.
Pienso en los bebe?s que esta?n naciendo en este momento, las bodas planeadas, lunas de miel, viajes, graduaciones, titulaciones, trabajo, fiestas, celebraciones, asi? como la deteccio?n de una enfermedad grave, un juicio legal, un divorcio, una quimioterapia y hasta la muerte.
Es lo que es y no podemos hacer nada al respecto ma?s que aprender que todo puede cambiar en un instante y que no tenemos el control de nada. Hay miles de historias en donde todo queda interrumpido, en pausa por un tiempo indefinido. Algunos son caprichos, otros no lo son, pero todos parten de nuestro existir inmediato en un mundo en donde, justo eso, ya no existe. Es un buen momento para reflexionar sobre co?mo vivimos. Sobre las prisas y lo urgente que hoy no tiene relevancia alguna. Lo que antes vei?amos como necesidades hoy pasan a ser caprichos como el manicure, masaje, gimnasios, clases de ejercicio, salones de belleza, dieta, bo?tox, pestan?as, cejas, ropa, viajes.
Hoy nos damos cuenta de que nada de eso es relevante si no tenemos salud. Por primera vez se hace 100 por ciento visible que lo que le sucede al de al lado nos afecta directamente a nosotros para evidenciar que vivimos en una comunidad global. Cada accio?n que hacemos tiene una reaccio?n directa sobre los dema?s, finalmente nos damos cuenta de que estamos unidos y conectados.
No hay a do?nde ir, no hay a do?nde escapar, todo el mundo estamos en esto y solamente juntos podremos salir. Al cuidarme yo, cuido de los dema?s y al ponerme en riesgo a mi? misma, pongo en riesgo a los dema?s.
¿Que? podemos aprender de esto? Tal vez las cosas nunca regresen a ser como eran antes.
Tal vez las demostraciones de carin?o ya no sera?n fi?sicas, pensando en que el contacto se restringira? bastante dejando secuelas como que los apapachos sera?n con palabras y actitudes, ma?s que con abrazos y caricias y los saludos de beso quedara?n en el olvido.
¿Sera? esta vida en pausa o sera? esta pausa en nuestra vida la que nos ensen?e a vivir?
POR BRENDA JAET
@BRENDAJAETK
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