Acciones como el “distanciamiento social” y cierre de sitios de reunión para evitar contagios por coronavirus, romperán la dinámica entre los mercados ilícitos y la logística criminal que hace posible la comisión de delitos, provocando un descenso temporal en la violencia y la delincuencia en el país.
Esta disminución será coyuntural e impactará principalmente los delitos patrimoniales como el robo a transeúnte y a casa habitación, aunque también podría alcanzar aquellos vinculados con la integridad personal como el homicidio doloso y secuestro.
Entre las causas directas del descenso se podrían enumerar el cierre o disminución de la actividad de los denominados “giros negros” y demás centros de diversión nocturna, así como el hecho de que las casas estarán permanentemente ocupadas por las familias completas o la mayoría de sus integrantes.
Lo anterior implica que las potenciales víctimas de la delincuencia permanecerán encerradas durante por lo menos un mes y el único riesgo será cuando tengan que salir al cajero automático, a surtir la despensa o a realizar alguna otra transacción comercial.
Un ejemplo de este comportamiento se presentó el pasado 9 de marzo, cuando una gran cantidad de mujeres dejaron de acudir a sus sitios de trabajo y utilizar el transporte público, así como de transitar por las calles y espacios públicos. Las primeras mediciones indican que el homicidio doloso disminuyó en torno al 7%, mientras que los indicadores restantes no fueron dados a conocer, pero probablemente descendieron en la misma proporción.
Otro caso se presentó en Ciudad Juárez, Chihuahua a principios del 2011, cuando un frente frío, que se prolongó durante casi una semana con temperaturas de hasta 17 grados centígrados bajo cero, obligó a que la mayoría de las personas se resguardaran en sus casas y dejaran de asistir a los “giros negros” y otros espacios públicos. Esto provocó que las mercancías ilícitas, particularmente drogas, armas y vehículos robados dejaran de circular con la misma regularidad y la mayoría de los delitos bajaran momentáneamente, incluido el homicidio doloso.
Un ilícito que no descendió fue el de extorsión telefónica en virtud de que no era necesario hacer acto de presencia frente a la víctima para obtener los montos exigidos y mientras más personas permanecieran en sus domicilios, más probabilidad de que alguien pagara vía depósitos en bancos o tiendas de conveniencia.
Hasta aquí todo parece indicar que las medidas de “distanciamiento social” y de cierre de centros de reunión y diversión, traerán consigo un efecto colateral positivo, sin embargo, el verdadero problema comenzará cuando los productos de mayor consumo durante el encierro comiencen a escasear y las tiendas de autoservicio, de conveniencia y bancos se conviertan blanco de saqueos y actos vandálicos como los registrados a principios de 2017 con el denominado “gasolinazo”.
El reto es identificar y atender con especial cuidado ese momento para evitar que lo conseguido durante la “cuarentena” se pierda en algunas horas y los delitos vuelvan a posicionar al país en los mismos niveles de febrero o incluso que pudieran empeorar. [nota_relacionada id=925765]
POR FACUNDO ROSAS
EXCOMISIONADO DE LA POLICÍA FEDERAL
eadp