El presidente López Obrador no se ha dado cuenta o nadie le ha dicho que las y los mexicanos ya estamos cansados de la vacuidad de sus frases ante las problemáticas del país, si el problema es inseguridad la frase es “fuchi, guácala”; si es el movimiento feminista, el comentario es “son los conservadores”; y si, como ahora, hay una emergencia mundial por el COVID-19, la locución es: “Detente enemigo, que el corazón de Jesús está conmigo” –al momento que mostraba la estampita del Sagrado Corazón, uno de sus amuletos–. El chiste se cuenta solo.
Mientras en China se pudo observar una movilización sin precedentes para la construcción de un hospital que cuenta con 30 unidades de cuidados intensivos, salas de aislamiento y mil camas de capacidad, en tan sólo 10 días; de igual manera en España se movilizó a todo el Ministerio de sanidad para dar respuesta a las personas contagiadas e incluso existen multas para las personas que salgan durante la cuarentena; en EU preparan un plan de un billón de dólares para transferencias directas a la ciudadanía y préstamos a empresas y aerolíneas, que incluso supera al plan de contingencia de Obama hace más de una década; incluso el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, después de realizar una disculpa pública por no reaccionar de manera adecuada, ha instituido el estado de alarma, la instrucción de quedarse en casa, así como una inyección económica de 25 millones de euros; en Corea del Sur implementaron un plan de detección del virus a domicilio para evitar la propagación. Y bueno, el fin de semana vimos al Presidente en giras, besando y abrazando a la concurrencia. El gobierno cree que con estampitas y frases podremos evitar esta epidemia. El chiste se cuenta solo.
Así pues, después de que la Secretaría de Salud actualizara los datos (al finalizar el 18 de marzo) que ascedieron a 118 personas contagiadas, 314 sospechosas y el primer deceso, en la mañanera de ayer el Presidente refirió que “[en el gobierno] estamos preparados médicamente, tenemos un plan de atención a enfermos. Los espacios las camas suficientes, los medicamentos necesarios y si se requiere ya se está preparando un plan DN-III con este propósito. [...] Está todo el gobierno preparado, de modo que estamos haciendo las cosas”. Pero continuó diciendo “No al autoritarismo, no a la discriminación. Respeto la decisión de otros países, pero nosotros no necesitamos eso [toque de queda]...”. Sigue creyendo que, como en otras situaciones, también el COVID-19 es un “plan de los conservadores”. El chiste se cuenta solo.
Ante esta grave situación y la inacción del gobierno, la sociedad debe de ser consciente y atender las recomendaciones de la OMS, así como tomar ejemplos internacionales. Evitar, en la medida de lo posible, visitar lugares de concurrencia, ser constantes en el lavado de manos, blindar a los menores de 5 años y a los mayores de 60 años y, por favor, #QuédateEnCasa. No debemos permitir que desde el gobierno se minimice la situación, ya no se puede tolerar una frase vacía en contra de los problemas en lugar de resultados, no consentiremos otro mal chiste.
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POR ADRIANA SARUR
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