Estamos enfrentando una nueva estructura económica global con tres recetas fallidas.
Primero, implementando acciones económicas que tal vez hubieran funcionado en la década de los 80s. Segundo y tercero, haciendo uso de nuestra capacidad de enfrentar lo peor con dichos o canciones: aplicando la máxima de que ojos que no ven, corazón que no siente; al ritmo de “me embrujaste al verte” y “tropecé de nuevo con la misma piedra”.
Así, transcurren los días en los que ante lo inevitable: resultados exponenciales del COVID-19 y una economía arrastrada por las corrientes globales y decisiones locales; en México decidimos no hacer nada o hablar, por ejemplo, del Aeropuerto de Santa Lucía.
Es cierto, en materia económica el mundo está retrocediendo a pasos agigantados. Es prematuro hacer cálculos porque estamos apenas en medio de la tormenta. Aún así, hay ejemplos que muestran el nivel de regresión: el índice Dow ha retrocedido, al menos, a niveles de hace 17 años. Obviaré el tipo de cambio por temor a que el foco se vaya a que suena conservador y no a que es alarmante para todos, empezando por el Gobierno de México.
La realidad es que el mundo está empobreciendo. Lo preocupante para ti y para mi, es que la economía mexicana lo hace como el COVID-19, es decir, de forma exponencial.
A pesar del extraordinario trabajo que hace el INEGI, los datos sobre el valor y peso de las PYMES en México son diversos. Tomaremos unos conservadores: aportamos más del 50% del PIB y casi el 80% del empleo. También somos los más vulnerables ante el escenario que ya está aquí porque vivimos de lo que generamos (al día). Atentos, la pérdida de empleos también pasa por las grandes empresas.
Quiero creer que la ausencia de la Secretaria de Economía, Graciela Márquez, es porque están preparando planes de contingencia. También que los organismos empresariales que fallaron caóticamente en la primera etapa de la #4T en cumplir uno de sus objetivos, la inversión, están haciendo un plan para la era COVID-19.
Hasta ahora lo que vemos es a Gustavo de Hoyos de la Coparmex pidiéndole a la Administración López Obrador lo que más le duele: estímulos fiscales. ¿No nos hemos dado cuenta de que lo que les interesa es recaudar?
Se ha dicho, pero no se ha tomado en serio, este es un gobierno extremadamente liberal. Mientras el dólar sube, la bolsa cae y momentáneamente los precios subirán, expectantes del paternalismo.
Hoy vemos gobierno estatales y municipales tomando sus propias decisiones. Se le llama federalismo cuando conviene. San Pedro Garza García el primer municipio en emitir una declaratoria de emergencia.
En este escenario, oportunidades habrá. Estamos atentos. Para muestra basta voltear a China que en el tema del Coronavirus nos lleva cuando menos tres meses de ventaja. Vivimos ya en un nuevo orden económico mundial. Nos toca a ti y a mi encontrar la receta entre esta nueva estructura y las recetas del pasado. [nota_relacionada id=920828]
POR ÓSCAR SANDOVAL
CONSULTOR, SOCIO DE 27 PIVOT
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