Sarampión, la otra epidemia

En medio de la crisis por la llegada del coronavirus a México, el tema del sarampión ha pasado inadvertido

Pocos han puesto atención y no le han dado importancia al regreso de una enfermedad que había sido “eliminada” de nuestro país desde 1996.

Autoridades sanitarias de la CDMX tomaron medidas. Anunciaron un cerco sanitario para controlar el brote de 16 casos de sarampión, de los cuales nueve corresponden a adultos y siete a niños. De acuerdo con la Secretaría de Salud local, los casos fueron ubicados en Gustavo A. Madero, Álvaro Obregón, Xochimilco y Coyoacán.

Detectaron que la mayoría de los pacientes no tenían el esquema de vacunaciones completo e incluso que no había antecedentes de éstas, en concreto en los niños.

El brote de sarampión comenzó en el Reclusorio Norte y, de una u otra forma, la autoridad tomó al toro por los cuernos. Sin embargo, la comunidad científica está alarmada porque no hay vacunas suficientes en el sector público de salud a nivel nacional. Desde hace año y medio no se aplican ni en clínicas ni hospitales del gobierno.

Más grave aún. No ha existido una campaña de vacunación desde que inició el gobierno de Andrés Manuel López Obrador a pesar de que cada año nacen en México 2 millones de niños.

En una operación matemática simple, en el periodo de tiempo que no se han suministrado vacunas, tres millones de recién nacidos han quedado desprotegidos.

Ahí está el principal foco de preocupación, pero no es el único. Los adultos de cualquier edad con un esquema incompleto de vacunación también son un foco de riesgo.

Aunque en 2016, la región de las Américas fue declarada libre de sarampión por la Organización Mundial de la Salud, los brotes en varias regiones del mundo y la migración de personas infectadas, como las caravanas de inmigrantes, nos colocan en una posición muy delicada.

Eso, junto la disminución de las coberturas de vacunación en México, han prendido focos de alerta en la OMS y en la Organización para la Cooperación y del Desarrollo Económicos. No ven clara una estrategia de nuestro gobierno y, por el contrario, observan que el cambio de políticas públicas en la 4T, como la implementada en materia de compras de medicamentos y vacunas, en lugar de ayudar han puesto en riesgo a la población.

En 1531 ocurrió la primera epidemia de tepitonzahuatl (sarampión) en la Nueva España, y arrasó con 90% de la población. Los que se mantuvieron en pie atribuyeron el milagro de la vida a la Virgen de Guadalupe, imagen que a partir de ese momento se convirtió en el escudo de armas de nuestro país.

Ahora la pregunta es si nuevamente los mexicanos nos tenemos que encomendar a la morenita del Tepeyac para hacer frente a una epidemia de sarampión que bien puede controlar el gobierno, pero no sabe cómo o no se ha dado cuenta del tamaño del problema que le viene.

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Y como dice el filósofo… Nomeacuerdo:“Solo hay dos maneras de vivir la vida: una es como si nada fuera milagro y, la otra, es como si todo fuera milagro.”

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POR ALFREDO GONZÁLEZ
ALFREDO.GONZALEZ@HERALDODEMEXICO.COM.MX
@ALFREDOLEZ

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