Necesitamos ciudadanía, porque falta gobierno

Estos días hemos visto con esperanza cómo la sociedad civil se ha organizado para tomar precauciones

Las crisis revelan el carácter de las personas y de los gobernantes. Porque las crisis exigen acciones rápidas, tomar decisiones difíciles y soportar el estrés permanente; por eso mismo son capaces de sacar lo mejor y lo peor de la gente.

Hace poco se viralizó en redes sociales la anécdota de un abuelo, en Europa, que le dice a su nieto: “a mi generación le tocó ir a la guerra para defender al país; a la tuya sólo le toca que se queden en casa para ayudar a no propagar el Covid-19”. Es un claro llamado a la unidad, a hacer pequeños sacrificios individuales en favor del bien común.

En México no somos ajenos a la solidaridad frente a la tragedia; al contrario, hemos sido ejemplo mundial, como lo demostraron nuestros padres en el terremoto de 1985, y 30 años después los jóvenes en el sismo de 2017. Por eso, ahora que enfrentamos la propagación del Covid-19, vale la pena hacer un alto en el camino, para salirnos por un momento de debates partidistas y recordar la responsabilidad que compartimos en tiempos de emergencia.

Según las proyecciones de los especialistas, este virus global contagiará a un alto porcentaje de la población mexicana y, de no tomarse medidas oportunas, podría llevar a altas tasas de mortalidad. La gran pregunta es, entonces, ¿por qué la pasividad e inacción del gobierno ante algo que inminentemente tendrá consecuencias graves?

Esta realidad llama a la ciudadanía, a todos nosotros, a ser solidarios y generosos para ayudar a contener los contagios, haciendo sacrificios que pueden parecer pequeños y temporales, pero que ayudarán a salvar vidas.

Este llamado es sobre todo a los jóvenes y adultos, quienes somos los más resistentes al virus, y a quienes mayoritariamente no nos pasará nada si nos enfermamos, pero que, si actuamos de forma irresponsable, podemos esparcir el contagio entre adultos mayores, niñas, niños y mujeres embarazadas, que son las poblaciones más vulnerables.

Estos días hemos visto con esperanza cómo la sociedad civil se ha organizado para tomar precauciones, incluso antes que el gobierno: escuelas y universidades; cámaras empresariales y pequeños comerciantes, así como iglesias, han cancelado eventos, clases, reuniones, y han dado facilidades para estudiar o trabajar desde casa.

Al mismo tiempo, no obstante, hemos visto cómo miles de jóvenes han asistido a conciertos y otros espectáculos, poniéndose en riesgo ellos mismos y a la sociedad completa por unas cuantas horas de diversión. También hemos visto compras de pánico que han creado desabasto para el personal médico que de verdad necesita material como cubre bocas.

Digámoslo claro: hoy México tiene un gobierno que no cree en la ciencia; que está más preocupado por el costo político que por cuidar la salud de la población; que divide a la sociedad y no ha actuado a tiempo. Ante esta falta de gobierno necesitamos más ciudadanía. Necesitamos sacar los mejor de nosotros: solidaridad, generosidad, moderación y pensar en los demás.

Frente a la crisis que se viene, extrañamos que haya líderes de altura dirigiendo el país. Pero como eso no va a cambiar en el corto plazo, lo que nos queda es que los ciudadanos llenemos los huecos con responsabilidad, prevención y unidad. [nota_relacionada id=907716]

Por: Guillermo Lerdo de Tejada Servitje

Diputado en el Congreso de la Ciudad de México

@GuillermoLerdo

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