El que escribe es economista, internacionalista, politólogo, periodista y empresario, no médico ni epidemiolólogo. Lo aquí descrito se reproduce de fuentes consideradas por el autor como fidedignas, sin embargo, por la novedad del fenómeno SARS-CoV-2 (COVID-19, o "coronavirus"), la mayoría de esta información es preliminar.
Primer apunte: salvo Taiwán y Singapur, ningún gobierno ha enfrentado la crisis con la seriedad que amerita la situación. En resumen, los aprendizajes de estos dos países, por lo visto los territorios mejor gobernados del mundo, son sencillos: transparencia, despliegue generalizado de pruebas, cuarentenas tempranas, y logística impecable. Se puede controlar el problema, pero se requiere poner a un lado la grilla y privilegiar el profesionalismo.
Segundo apunte: hay indicios de que la transmisión se dificulta en latitudes con climas más calurosos y húmedos (tropicales). Dos estudios, uno de la Universidad de Maryland y el otro publicado en SSRN, un medio de publicación científico, resaltan que la propagación se ha visto en un bando de latitud preciso. Éste incluye Hubei, China, Japón, Corea, Europa, y la parte norte de Estados Unidos.
Probablemente el caso más interesante es Tailandia, un país tropical con la población de Italia, que tiene apenas 177 contagios, a pesar de ser el segundo país en confirmar el virus, después de China. Cabe señalar que nada de esto justifica no actuar lo más temprano y contundentemente posible; las consecuencias de no hacerlo son catastróficas y, por el momento, lo único efectivo es el aislamiento. Pero tampoco debemos ignorar los hechos.
Tercer apunte: si lo anterior resulta ser cierto, la pandemia tendría estacionalidad, lo cual le daría al mundo un respiro en el verano que se tendría que aprovechar para encontrar una vacuna y/o un antiviral efectivo. La última vez que se vio una pandemia semejante, la influenza mal llamada "española" de 1918 (50 millones de muertos), la segunda ola de infecciones, en el invierno, fue peor que la primera.
Cuarto apunte: así como la globalización potenció la epidemia, gracias a ella se ha avanzado más rápido que nunca en la búsqueda de una cura. En cuestión de días se mapeó la genética del virus y hoy ya se comenzó a probar una posible vacuna (Moderna Therapeutics, Boston) que se podría desarrollar para el otoño (justo a tiempo para la segunda ola).
Un grupo de científicos colaborando desde la Universidad de California también tiene importantes avances en el espacio de antivirales. Lo primero sería preventivo, lo segundo terapéutico.
Quinto apunte: si el cuello de botella son camas y respiradores, enfoquémonos en desplegar camas y respiradores temporales. Somos una potencia manufacturera y tenemos los recursos. Sólo es cuestión de organizarnos. Ésta es la peor crisis de salud mundial desde hace 100 años y la primera en la era contemporánea. Enfoquémonos en darle solución con todo el enorme poderío tecnológico y organizacional del siglo XXI. [nota_relacionada id=894506]
POR AGUSTÍN BARRIOS GÓMEZ
*PRESIDENTE DE LA FUNDACIÓN IMAGEN DE MÉXICO Y CONDUCTOR DE ADN40 NEWS
@AGUSTINBARRIOSG
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