Personas del sector financiero que han visitado recientemente las oficinas de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores me relatan que hay un ambiente de desolación que nunca se había visto en Plaza Inn. Pisos completos semivacíos, cajas de cartón amontonadas, papeles desperdigados en escritorios llenos de polvo. Poca gente, tristeza generalizada. Incluso se habla de que algunos funcionarios, con lágrimas, expresan a sus regulados (bancos, casas de bolsa), que simplemente no tienen recursos humanos y materiales mínimos para hacer su trabajo. El lugar ha quedado inhóspito.
La única buena noticia de que la institución que encabeza Adalberto Palma esté desfondada es que la calidad y capacidad que tienen muchos bancos extranjeros para autorregularse y establecer parámetros de desempeño es suficiente para abordar los desafíos que enfrentan. En pocas palabras: prácticamente no tenemos ya supervisor del sector, pero quizá es mejor así, al menos durante una etapa, para que la 4T no los moleste y puedan hacer sus negocios en libertad (a diferencia de otros sectores, que están bajo fuego).
Pero no importando nuestra débil realidad regulatoria, lo cierto es que en el mundo las cosas avanzan. Ayer, por ejemplo, el Comité de Basilea de Supervisión Bancaria emitió diferentes iniciativas a propósito de los desafíos bancarios actuales. De ahí surgieron cuatro recomendaciones a los bancos: (1) la urgencia de compartir información transfronteriza sobre el desarrollo de la epidemia de coronavirus; (2) la necesidad de medir y mitigar los riesgos asociados a los créditos apalancados y a las obligaciones de crédito colateralizadas; (3) el requerimiento para que los bancos se preparen para desvincularse de la tasa Libor como única tasa de referencia; y (4) la imperante necesidad de desarrollar reportes analíticos para comprender y medir los canales de contagio de los riesgos climáticos, algo que en marzo próximo presentará el Equipo Especial de Riesgos Financieros Relacionados con el Clima.
Así que no nos preocupemos. Mientras desde Suiza nos sigan dando luz acerca de los desafíos que el sector bancario global debe atender, estaremos a salvo. Entretanto la ¿autoridad? bancaria mexicana, o llora, o a lo sumo prepara alguna minireforma para, en la próxima Convención de Acapulco, volver a hablarnos de inclusión financiera… el eterno y repetitivo tema pendiente de este país.
PEMEX SANGRANDO
Los números rojos del cuarto trimestre de 2019 de Petróleos Mexicanos, que encabeza Octavio Romero, equivalen a haber perdido un millón 309 mil pesos cada minuto del 1 de octubre al 31 de diciembre. La deuda de Pemex es mayor a los Dlls. $105 mil millones. Y mientras esos números se reportaban, Rocío Nahle continuaba su gira por India para analizar cómo funcionan allá las refinerías.
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POR CARLOS MOTA
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