En múltiples investigaciones se han estudiado las motivaciones para el consumo de drogas. Los hallazgos indican que hay diversas variables que pueden influir en el uso de sustancias psicoactivas.
A nivel individual, es un factor de riesgo padecer algún trastorno de salud mental, depresión, ansiedad, trastorno por déficit de atención e hiperactividad o trastornos conductuales, incluyendo agresividad y comportamiento antisocial. Los trastornos por uso de sustancias que se asocian a trastorno antisocial de la personalidad se refieren a personas con agresividad, bajo control de impulsos, con falta de apego familiar y cuidados negligentes en la infancia o violencia.
En el ámbito familiar, influyen diversos componentes, como los conflictos de pareja y la violencia entre los padres, la falta de supervisión de éstos hacia los hijos, una pobre nutrición afectiva, tener familiares que usan drogas, principalmente padres y hermanos mayores, y tener carencias económicas.
Dentro de los factores de riesgo sociocomunitarios se encuentran: la disponibilidad de drogas, su uso público y entornos de violencia. Asimismo, se incrementa la probabilidad de uso de sustancias cuando se pertenece a grupos vulnerables, cuando hay desempleo o empleos precarios, malas condiciones de vida, problemas de vivienda, alimentación, salud y falta de recursos económicos.
Una de las variables de mayor peso predictivo para el inicio del uso de drogas es la influencia de amigos consumidores, quienes generalmente en entornos de recreación invitan por primera vez a consumir.
También en la escuela existen factores de riesgo como bajo rendimiento académico, ausentismo, comportamiento agresivo, planteles con desempeño deficiente, con alta tasa de conductas antisociales o delincuencia juvenil. Por su parte, la deserción escolar influye de manera importante para el inicio del consumo.
El espacio escolar es uno de los lugares donde confluyen las relaciones más significativas que establecen el desarrollo de la personalidad; es donde se aprende a relacionarse y se imitan conductas positivas o, por el contrario, que pueden poner en riesgo la salud o la vida de quien los realiza, incluso, de otras personas.
Tal es el caso de los retos que se viralizan entre los jóvenes, como el que surgió esta semana, denominado “rompecráneos”, cuya iniciativa se popularizó en redes sociales para impresionar a los amigos y tener identidad en un grupo. La violencia o acoso escolar se constituye como un factor de importante peso predictivo para consumir drogas.
Centros de Integración Juvenil (CIJ) cuentan con orientación a padres, para hablar de la importancia de estos temas, recomendarles privilegiar el reconocimiento a sus hijos, brindarles afecto, que conozcan a sus amigos, se interesen por sus actividades y les expliquen los riesgos de estas conductas.
Orientación a padres: Línea de atención telefónica de CIJ: 55 55 12 12 12. Whatsapp: 55 45 55 12 12 [nota_relacionada id=851603]
POR CARMEN FERNÁNDEZ
DIR. CENTROS DE INTEGRACIÓN
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