LÍNEA DIRECTA

Año terrible

El coronavirus nos mostró el grado de fragilidad de los seres humanos

OPINIÓN

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Ezra Shabot / Línea Directa / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

Desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, no habíamos vivido un año tan siniestro como el 2020. La aparición del coronavirus y su dispersión en el mundo entero nos mostró el grado de fragilidad de los seres humanos ante un enemigo biológico contra el cual no se tenía arma alguna para combatir. La única alternativa posible ha sido hasta hace unos cuantos días, la opción defensiva del aislamiento, sana distancia, lavado de manos y cubrebocas como parte de un acta de rendición inicial contra el asesino desconocido.

Ante las limitantes científicas de los primeros meses de la pandemia, los improvisados, reduccionistas y charlatanes dentro y fuera de las esferas del poder hicieron de las suyas. Inventaron remedios con cloro, minimizaron la validez del uso de pruebas masivas de diagnóstico, despreciaron el uso de cubrebocas  y  hasta reciclaron viejas teorías de la conspiración donde fuerzas oscuras habrían creado el virus e incluso su cura a través de las vacunas, para controlar a la humanidad en su conjunto.

Este virus que no fue tomado en serio por líderes como Trump, Bolsonaro o López Obrador, demostró el daño que el desconocimiento de temas de salud pública puede ocasionar en poblaciones enteras. Un millón 700 mil muertos por COVID -19 y contando, y cerca de 80 millones de contagiados nos hablan de la debilidad previsora de los sistemas de seguridad sanitaria a nivel mundial.

Y a esto hay que añadirle la destrucción de riqueza por el cierre de empresas y la pérdida de millones de empleos.

Todavía no tenemos los datos de pobreza del año que termina hoy, pero es muy probable que veamos un aumento significativo derivado del fenómeno anterior, aunado al hecho de que los ingresos han disminuido de manera importante en todo el sector laboral.

Los gobiernos que optaron por aumentar su endeudamiento para apoyar a empresas de distinto tamaño, consiguieron incluso contener la caída estrepitosa de su economía y proyectar una recuperación más rápida.

Por el contrario, aquellos que no programaron incentivos a unidades productivas, o como México que de plano lo único que hizo fue transferir recursos a sus clientelas políticas, se desplomaron estrepitosamente y no consiguieron ayudar a pequeños y medianos empresarios, o evitar que millones cayeran por debajo de la línea de pobreza. Termina hoy 2020, pero no así los efectos nocivos de una pandemia que, combinada con la negligente acción de políticos populistas, condenó a muerte a muchos seres humanos que hoy deberían de estar vivos.

Así de terrible un año para recordar y evitar que se repita en el futuro.

POR EZRA SHABOT
EZSHABOT@YAHOO.COM.MX
@EZSHABOT

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