AYER PENSABA DISTINTO

A AMLO le quedan seis meses

Lo único que contará es si después de su gobierno la mayoría de los mexicanos vive mejor

OPINIÓN

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Fernanda Caso / Ayer pensaba distinto / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: FOTO: Especial

Se dice que un Presidente nunca es más poderoso que en la víspera de su toma de posesión. Los días previos al inicio del encargo, en su entorno reina la expectativa. Todos quieren ser parte del nuevo círculo de mando y beneficiarse de los frutos del gobierno entrante. Los aliados quieren salir en las fotos con el futuro líder, los empresarios hacen largas antesalas para reunirse con él y el mensaje opositor se pierde detrás de la cortina de la derrota electoral.

En el caso de López Obrador este efecto fue aún más evidente. Las imágenes de la casa de la Roma desde la que despachaba antes de tomar posesión aparecían mañana, tarde y noche en los noticieros y su voz era ya entonces mucho más escuchada que la del presidente Peña Nieto, que aún estaba en Los Pinos.

Pero esta aura empieza a cambiar una vez que el gobierno formal arranca.

Con los primeros días de la administración vienen los primeros aciertos y también los primeros errores. Surgen descontentos internos, subordinados renuncian y otros emprenden carreras individuales para subir en el escalafón.

El poder de un Presidente es decreciente a lo largo del tiempo, no sólo porque sus instrumentos de control se van reduciendo, sino porque cada vez hay menos tiempo para echar a andar programas, empezar construcciones e impulsar iniciativas. Un mandatario difícilmente llega a ver los efectos de acciones que no haya iniciado en la primera fase de su gobierno. Y esa fase termina el día de la jornada electoral intermedia.

Independientemente de quién gane el próximo 6 de junio, ese día marca el quiebre del gobierno en turno y el inicio de la sucesión presidencial.

Al Presidente le quedan seis meses de ser el único centro de gravedad. ¿Qué va a hacer con ese tiempo?, ¿para qué va a utilizar su altavoz y su poder?

2021 llegará para AMLO con esa pregunta. Un hombre con aires de grandeza como él, debiera saber que el tiempo corre en su contra para dejar un legado que trascienda. No quiero decir, por supuesto, que los últimos tres años de gobierno sean irrelevantes.

Lo que sí sucederá es que sus acciones y decisiones tendrán cada vez menos impacto en la forma en la que se le recuerde.

Si en la primera etapa de su gestión no implementó medidas efectivas para empezar a revertir las tendencias de pobreza, inseguridad y falta de acceso a la salud, ¿por qué pensaría que los últimos tres años traerán buenos resultados? Los próximos seis meses son la última oportunidad que tiene para hacer un alto y corregir el rumbo.

Aunque el final del sexenio parezca lejano, los días efectivos de gobierno y poder son cada vez menos. Y lo único que contará cuando López Obrador entregue la banda presidencial es si, después de su paso por el gobierno, la mayoría de los mexicanos vive mejor que cuando él entró al poder. Hoy no es esa la historia que se está escribiendo.

POR FERNANDA CASO
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