COLUMNA INVITADA

Luz al final del túnel

Tener la vacuna contra el COVID-19 es una gran noticia, pero conlleva retos y plantea dilemas éticos

OPINIÓN

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Jorge Andrés Castañeda/ Colaborador/ Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

Las autoridades sanitarias del Reino Unido aprobaron finalmente la vacuna de Pfizer y se espera que los primeros pacientes empiecen a recibir la vacuna este año. En las próximas semanas, más países iniciarán este proceso al mismo tiempo que otras vacunas, como la de Moderna o la de AstraZeneca, también serán aprobadas. Esto es una gran noticia para la humanidad, pero conlleva una serie de retos organizacionales y plantea dilemas éticos.

En primer lugar, está el reto logístico de producir y distribuir cientos de millones de vacunas. Aunque existen esfuerzos de preproducción, la realidad es que habrá que crear o transformar capacidad existente para satisfacer esta demanda. Las últimas estimaciones indican que en 2021 se podrán producir 5 mil 300 millones de dosis a nivel mundial que permitirán vacunar a entre 2 mil 600 y 3 mil 100 millones de personas (todas las vacunas en proceso menos CanSino requieren de dos dosis). Una vez producidas, deberán ser distribuidas algunas en cadenas ultra frías, la vacuna de Pfizer necesita ser transportada y almacenada a -70º grados y la de Moderna a -20º y otras simplemente refrigeradas. Pero ambas requieren de grandes inversiones en logística.

McKinsey estima que Estados Unidos y Canadá serán los primeros países que, gracias a la infraestructura existente y la disponibilidad de recursos, lograrán llegar a la inmunidad de rebaño probablemente en el tercer trimestre de 2021. A partir de ahí, se espera que el resto de los países ricos de Europa y Asia alcancen este punto hacia finales del próximo año.

Más allá de los retos logísticos, existe un dilema ético y organizacional para definir a quién le toca la vacuna primero. Existen tres modelos de asignación de recursos ante una situación de escasez, por autoridad (el Estado decide las reglas), por tradición (e.g. las filas) o por mercado (precios). Ante la situación que estamos viviendo sería inhumano hacerlo por precio y muy ineficiente y riesgoso por filas, serán las autoridades las que decidan ¿Pero bajo qué criterio? En todo el mundo los primeros serán los trabajadores del sector salud, pero ¿quién va después y por qué?

El R.U. acaba de publicar su guía de prioridades en función de la edad y riesgos de mortalidad. En EU, el gobernador de cada estado definirá qué grupos tendrán acceso prioritario bajo recomendaciones del CDC. El Presidente anunció ayer que México tendrá este año 250 mil dosis de la vacuna de Pfizer (podrá vacunar a 125 mil trabajadores del sector salud) y que será el doctor López-Gatell quien especificará a quién se va a vacunar primero, lo que será anunciado el martes.

Ante este anuncio saltan algunas preguntas clave: ¿Qué trabajadores del sector Salud serán los primeros en ser vacunados? ¿En las ciudades o en todo el país? ¿En qué instalaciones se harán las jornadas de vacunación? ¿Quién distribuirá las vacunas? Ante la falta de un registro único de población ¿se va a usar el padrón del INE? ¿Cuál será el mecanismo de seguimiento para saber quién ya se vacunó y quién no?

POR JORGE ANDRÉS CASTAÑEDA
COLABORADOR
@JORGEACAST