COLUMNA INVITADA

Cuando España vacunó al mundo

Mientras esperamos las jornadas de vacunación para ver si por fin se podrá poner un alto a la pandemia actual, resulta relevante realizar una mirada hacia el pasado, donde aconteció la primera campaña humanitaria en la historia: La Real Expedición Filantrópica de la Vacuna de entre 1803 y 1806

OPINIÓN

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Ignacio Anaya Minjarez / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

Mientras nos encontramos a la espera de lo que parece ser una jornada de vacunación histórica para ver si por fin se podrá poner un alto a la pandemia actual, resulta relevante realizar una mirada hacia el pasado, donde aconteció la primera campaña humanitaria en la historia: La Real Expedición Filantrópica de la Vacuna de entre 1803 y 1806. El objetivo de tal misión era extender la vacuna contra la viruela a todos los dominios de la Corona Española.

En América los efectos de dicha enfermedad habían sido devastadores desde su llegada en el siglo XVI, ocasionando la muerte de millones de personas; en su gran mayoría de los pobladores originarios. Sin embargo, no se limitaba al Nuevo Mundo, ya que en Europa seguía teniendo una letalidad importante, de la cual ni siquiera se salvaban las familias reales. En 1796 llegó de manera definitiva la solución gracias al médico inglés Edward Jenner, quien descubrió que las personas infectadas con la viruela de la vaca desarrollaban una inmunidad contra el virus. Tras experimentar en un niño (a lo que se le podría cuestionar de manera ética) desarrolló la vacuna; una inyección de la viruela de la vaca en la gente. Método más efectivo que la variolización, procedimiento utilizado en Inglaterra a comienzos del siglo XVIII que consistía en una inoculación cutánea de líquido con la viruela humana.

No tardó en llegar la noticia a España, donde se pusieron en marcha campañas de vacunación en la Metrópoli. En 1803 el rey Carlos IV decretó la conformación de una expedición que lograra establecer la vacuna en todos los territorios pertenecientes al reino. Tal labor se le fue encargada a Francisco Javier de Balmis, hombre ilustrado quien contaba con una trayectoria como médico militar. El principal reto que tenía la expedición era el cómo transportar la vacuna sin que ésta terminará volviéndose obsoleta. La solución de Balmis fue usar a 22 niños huérfanos para que sirvieran como “contenedores”, ya que serían vacunados a lo largo de la travesía de manera progresiva. De esa forma podrían guardar el fluido vacunal. Una técnica un tanto cuestionable por sus implicaciones morales.

La expedición salió del puerto de La Coruña el 30 de noviembre de 1803 y durante tres años se dedicó a establecer centros a lo largo de América y Asia, proporcionándole a las autoridades locales las herramientas necesarias para llevar a cabo jornadas de vacunación bajo instrucciones médicas. En un momento la jornada se dividió en dos, una dirigida por el propio Balmis que terminó llegando a Nueva España, donde se estima que aproximadamente 100,000 personas fueron vacunadas por la expedición. Fue una empresa de gran magnitud que nos recuerda la importancia histórica de la vacuna y cómo su implementación ha salvado la vida de millones.

POR IGNACIO ANAYA MINJAREZ
@IGNACIOANAY