Un escenario poco previsto semanas atrás parece estar configurándose al interior del Palacio Nacional: El ajuste del rumbo económico en el gobierno del presidente López Obrador.
Este ajuste estaría refrendado por dos señales recientes: La aceptación del Presidente de modificar su iniciativa de ley para prohibir la subcontratación laboral, y el próximo anuncio para el segundo paquete de infraestructura que puede implicar una cuantía de 2 por ciento del PIB, por lo que podríamos estar escuchando una cifra entre 400 mil y 500 mil millones de pesos.
El presidente López Obrador parece haberse convencido de que el sistema financiero global no está en contra de México. En una de sus más recientes conferencias matutinas aseguró que los organismos financieros internacionales solían imponer condiciones a nuestro país (“las llamadas reformas estructurales”, aseguró), pero que ya han corregido el trato hacia México, respetando nuestra soberanía.
A AMLO ya le gustó que Fitch Ratings mantenga el grado de inversión para México, que el Fondo Monetario Internacional refrendó la Línea de Crédito Flexible; que la secretaría de Hacienda de Arturo Herrera pudo refinanciar Dlls. $6,600 millones la semana pasada; y que el dólar se puede comprar en menos de 20 pesos. Todo eso sin haber tenido que cancelar Dos Bocas, ni el Aeropuerto de Santa Lucía, ni el proyecto del Istmo, ni el Tren Maya.
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Si AMLO lee correctamente el momento, debe relanzar su gobierno el 1 de diciembre, haciendo a lo económico el eje central del desarrollo. La caída de 9 por ciento del PIB este año está dejando daños colaterales inconmensurables en el sector empresarial, con proyectos cancelados, emprendedores desilusionados y empleados desesperanzados.
En adición, el presidente electo de Estados Unidos Joe Biden ya desveló sus intenciones de relanzar la innovación medioambiental en la industria automotriz, algo que a México le representaría una gran oportunidad, pero que requiere un plan urgente para atraer inversiones específicas, tal como ocurrió en el Centro-Norte del país durante la etapa más gloriosa del antiguo TLCAN.
La constitución moral que AMLO presentó ayer incluye un guiño muy importante hacia el sector empresarial. Incluso menciona que es legítimo hacer dinero en el negocio financiero.
El Presidente enfatiza en esa guía que los empresarios ganarán respetabilidad en la sociedad si se conducen con base en esos principios. Ya puso la mesa, pues, para congraciarse con todo el sistema económico y empresarial global.
ASEM
La presidenta del consejo directivo de la Asociación de Emprendedores de México, Juana Ramírez, lanzó con fuerza su “Radiografía del Emprendimiento en México 2020”, la mejor fotografía para comprender las características y motivaciones de quienes arrancan una empresa en el país.
POR CARLOS MOTA
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