Para hablar de violencia de género, es necesario hablar de desigualdad de género entre hombres y mujeres, reconocer que la igualdad de derechos está lejos de ser una realidad para millones de mujeres, niñas y adolescentes, quienes siguen siendo víctimas de violencia y abuso sexual porque hay quien considera que “se lo merecen” o que “las están educando”; mujeres, niñas y adolescentes que desaparecen cada día y son asesinadas.
En este mundo de violencia y desigualdad las niñas y adolescentes son las más afectadas en cuanto a abuso sexual infantil se refiere. Informes de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) revelan que, tristemente, México ocupa el primer lugar a nivel mundial, con 5.4 millones de casos por año.
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De acuerdo con datos del Inmujeres, cada día 32 niñas mexicanas de entre 10 y 14 años de edad, se convierten en madres, la mayoría resultado de una agresión sexual. Lo más grave es que se estima que el abuso sexual infantil, así como la violencia física y emocional han aumentado a consecuencia del encierro derivado de la crisis sanitaria.
La violencia de género se viste con muchos trajes, siendo el más grave de ellos el feminicidio, que en México ha aumentado un 7.7% este año (datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema de Seguridad Pública); sin embargo, hay otras conductas cotidianas que permean en nuestra sociedad que también son dañinas y vulneran desde la infancia, como el pensar que “si es niña mejor que no estudie, la van a mantener cuando se case”, “esa carrera es para hombres”, “las niñas tienen que aprender labores domésticas y atender a sus hermanos varones”, y otras conductas que reflejan esos micromachismos que son comunes en el ámbito del aprendizaje, tanto en las casas como en las escuelas.
Por ello, es apremiante centrar los derechos de las mujeres desde la niñez, y proteger con políticas públicas adecuadas a niñas y adolescentes. Datos de ONU mujeres refieren que en los últimos 10 años, alrededor de 131 países aprobaron 274 reformas legales y regulatorias a favor de la igualdad de género, ¡pero eso no basta! Debemos seguir trabajando para lograr una igualdad sustantiva y tomar acciones, aprendiendo como sociedad a eliminar conductas machistas que reprimen, lastiman y vulneran a cualquier persona. Tenemos que seguir trabajando para lograr una igualdad de género efectiva en política, en pobreza, en educación, en el trabajo doméstico no remunerado, en la participación en el mercado laboral, en el acceso a la justicia, en el acceso a las finanzas.
El machismo limita a niñas y adolescentes el acceso a una vida libre de violencia y no les permite desarrollar todas sus capacidades. Proteger hoy a la niñez es una necesidad y debe estar en la agenda del gobierno, se deben crear programas de apoyo a las familias para lidiar con el estrés y la ansiedad; se debe apoyar los compromisos relacionados con igualdad de género con recursos y no sólo con buenos deseos.
POR AZHARELL RUIZ
COORDINADORA DE ASUNTOS LEGALES EN MEXICANOS PRIMERO
@AZHARUIZ