DEFINICIONES

Las cifras del desastre de López-Gatell

Ni mortalidad, ni letalidad, ni número de pruebas soportan el “éxito” en “estrategia”

OPINIÓN

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Manuel López San Martín / Definiciones / El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Lo ha hecho muy bien (…), ha realizado un trabajo extraordinario, excepcional (…), ¿por qué cambiar?”. El viernes, unas horas después de que México rebasó las 100 mil muertes por COVID-19 en la cifra oficial, el presidente López Obrador arropó así al responsable de la estrategia —es un decir—, Hugo López-Gatell, cuyos pronósticos, todos, fallaron. No fueron dos mil muertes, ni seis mil, 12 mil 500, 20 mil, 30 mil, ni las 60 mil del “escenario muy catastrófico”. Vivimos el horror, pero al subsecretario de Salud, se le cobija y apapacha.

Ese mismo día, México fue el segundo país que más muertes reportó en las últimas 24 horas: 719, sólo detrás de EU. Ese día, también, alcanzamos el mayor número de decesos desde el 1 de septiembre. Nuestro país es el cuarto con más muertes a nivel mundial, muy por encima de lo que naciones con poblaciones similares registran. México, con 129 millones de habitantes, acumulaba 100 mil 823 defunciones; Rusia, con 146 millones de personas, 35 mil 311; Pakistán, con 221 millones, 7 mil 561; Bangladesh, con 165 millones, 6 mil 322. Si hablamos de letalidad, México es primer lugar mundial: 9.8 decesos por cada 100 casos.
      En el otro extremo, nos situamos en el fondo de la tabla en el número de pruebas de detección realizadas: 17.24 por cada 100 mil habitantes. Un dato ilustra: EU realizó, sólo el viernes, 1.9 millones de pruebas. México apenas ha realizado 2.6 millones desde que inició la pandemia. En EU, el viernes se detectaron 201 mil 83 contagios; acá, seis mil 426.

No es que nuestro país tenga menos casos, es que se aplican menos pruebas para detectarlos. Somos la nación de la OCDE que menos realiza y la número 85 entre 104 que publican su información. El porcentaje de positividad lo confirma. Mientras que en España es de 12%, en EU de 10% y en Alemania de 9%, en México es más de 4 veces superior: 43%. Sólo arriba, a nivel mundial, de Omán y Argentina. La OMS recomienda positividad menor o igual a 5%. Estamos ocho veces por encima.

Otro drama: en ningún país del mundo muere más personal médico como aquí. Más del horror: tres de cada cuatro fallecidos sólo tenían estudios de secundaria o menos; 50%, primaria. En hospitales públicos muere 50% de los pacientes que ingresan, en comparación de los privados, donde fallece menos de 15%. El virus puede contagiar a cualquiera, pero aquí mata más a los más pobres.
     ¿Bajo qué parámetros se afirma que las cosas se han “hecho muy bien”? Ni la mortalidad, ni la letalidad, ni el número de pruebas, ni la positividad, ni los decesos entre personal médico, soportan una “estrategia” que ha dejado, en la cifra oficial, más de 100 mil muertes.

El desastre es tal, que ni siquiera la estadística “oficial” es confiable. Hasta el 24 de octubre, el excedente de muertes con respecto a 2019 era de 217 mil 944. Más allá de palabras, un dato: desde finales de septiembre –con tres meses aún por delante-, 2020 ya era el año con más muertes en la historia de México: 753 mil (Renapo y registros civiles estatales). 

Son las cifras del desastre de López-Gatell.

 

POR MANUEL LÓPEZ SAN MARTÍN 
M.LOPEZSANMARTIN@GMAIL.COM
@MLOPEZSANMARTIN