SALTO CUÁNTICO

Crisis emocional en la comunidad educativa

Es necesario hacer un llamado a las autoridades, en todos sus niveles, para que brinden atención psicológica

OPINIÓN

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Karina Álvarez / Salto Cuántico / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Estrés, frustración, enojo, miedo, ideas suicidas y pérdida del sentido de la vida son algunas de las emociones negativas que más proliferan entre los estudiantes, padres y maestros de educación básica, desde que inició la pandemia.

La comunidad educativa atraviesa por diversas crisis emocionales, mismas que dio a conocer la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación el 17 de noviembre en su encuesta: “Experiencias de las comunidades educativas durante la contingencia sanitaria por COVID-19. Educación básica 2020”.

En la muestra participaron 194 mil personas, entre estudiantes, maestros, directores y padres.

Y, pese a que se tocan diversos temas que van desde la efectividad de las clases por línea, hasta el incremento de pagos en los servicios por parte de padres y docentes, destaca el apartado que trata sobre los aspectos emocionales.

La Mejoredu tiene muy claras las cifras y porcentajes en cada rubro que estableció, pero en los puntos sobre ideas suicidas y pérdida del sentido de la vida, que son temas expuestos por los menores, no presenta datos sobre cuántos niños manifestaron ese sentir. Sin embargo, la misma comisión considera importante esos dos temas debido a que los menciona en el estudio, pero usando palabras como algunos y fueron pocos, para alertar sobre la situación.

Por ejemplo, dice: “Algunos estudiantes resaltaron la necesidad de recibir atención psicológica, ya sea por expresar ideas suicidas y pérdida del sentido de la vida o por reportar altos niveles de estrés, ansiedad y depresión inmanejables por niñas, niños y adolescentes. Si bien fueron pocos tales reportes (sigue sin decir cuántos) y se podrían atribuir a múltiples causas, lo que se hizo evidente es que el encierro, las dificultades para llevar a cabo las tareas escolares y la falta de contacto social incrementaron estos sentimientos”.

Otro dato es que 41.9 por ciento de los docentes y 43.8 por ciento de los estudiantes sienten temor de que algo malo va a pasar. El enojo se lleva los porcentajes más altos, 41.2 por ciento de los estudiantes, 31.9 por ciento de los padres y madres, y 37.3 por ciento de los docentes, expresaron sentirlo comúnmente.

Si nos detenemos hasta aquí, podremos notar que esta situación va más allá de las dificultades para tomar y dar clases en línea, estamos hablando de una cuestión emocional que nos pone a todos en un riesgo latente.

Es necesario hacer un llamado a las autoridades, en todos sus niveles, para que brinden atención psicológica focalizada para todos los actores del sector educativo (lo ideal sería que fuese para toda la población), pues esto puede llevar a consecuencias inimaginables para nuestros estudiantes y para la vida misma.

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SINCRONÍA: Algunas alumnas y alumnos dieron cuenta de peleas familiares, preocupaciones en el hogar relacionadas con la falta de dinero o tristeza por la enfermedad o muerte de algunos familiares.

 

POR KARINA ÁLVAREZ
K.ALVAREZ.ROSAS@GMAIL.COM
@KAFARK84