Hace dos semanas comparecieron en la Cámara de Diputados los titulares de la Secretaría de Salud, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) y del Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi). El tema principal fueron los malos resultados al enfrentar la pandemia del COVID-19.
En ese momento eran más de 87 mil muertos, al publicarse el presente texto ya pasamos los 90 mil y la soberbia y la indolencia siguen siendo el sello de los funcionarios de salud que presentan las cifras como si estuvieran hablando de una gestión exitosa. La tasa de letalidad del Coronavirus en nuestro país pasa del 10%, mientras en países como Brasil está apenas por encima del 6% o como Costa Rica no llega al 1%. No hay pretextos frente a la realidad y la tasa de letalidad se debe a la mala administración de la pandemia. Además, lo anterior hablando dentro de las cifras oficiales y es probable que la realidad sea mucho peor ya que el gobierno de López Obrador parece estar más preocupado por la imagen y la comunicación que por la crisis sanitaria.
Don Manuel Gómez Morin, fundador de Acción Nacional y de muchas otras instituciones, habló de la necesidad de “evitar el dolor evitable”, que es aquel que generan las personas por malicia o por ineptitud, y si algo ha quedado claro en esta pandemia es que la ineptitud también mata. Mucho de lo que está pasando es responsabilidad del gobierno que primero ignoró y desestimó la amenaza, después dijo que la pandemia le llegó como “anillo al dedo” y hoy asegura contar con el equipo y los recursos para enfrentar al COVID y a la influenza.
La gente se está muriendo en sus casas mientras el gobierno presume que sus hospitales tienen muchas camas vacías. Somos el país en donde ha fallecido más personal del sector salud por falta de insumos, el país en donde 8 de cada 10 personas que son intubadas se mueren y claro, el país que no hace pruebas y confía en el “modelo centinela”, mismo que desecharon todos los países serios.
Mientras cerca de 100 mil familias enfrentan el dolor de perder a un integrante el gobierno de López Obrador hace números alegres y se ve a si mismo como exitoso con suma arrogancia e indolencia. No se trata de quedar bien, se trata de hacer las cosas bien y para dejar de ser uno de los países que peor ha respondido ante la pandemia se necesitan soluciones, no más pretextos.
POR JUAN CARLOS ROMERO HICKS
@JCROMEROHICKS