COLUMNA INVITADA

Alianzas alejadas de la realidad

En la elección de 2018, "la mafia en el poder" sabía que con el hartazgo y ánimo público, ganarle al candidato de la izquierda era una cosa casi imposible

OPINIÓN

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Martha Gutierrez Temporal Columna Invitada Créditos: Especial

La base electoral de Andrés Manuel López Obrador es de 15 millones de votos. Ese mínimo electoral no es nuevo y es bien conocido para la población, sobre todo para los políticos que "profesionalmente" viven de esta actividad. Desde 2006 y hasta 2024 cuándo menos, ese será el número mágico que definirá al país.

En la elección de 2018, en la que elegimos Presidente de la República era conocido por la elite o mejor dicho por "la mafia en el poder" que AMLO iría a la elección con ese mínimo y que tanto José Antonio Meade como Ricardo Anaya, sólo juntos podían competir. Porque con el hartazgo y ánimo público, que bien aprovechó el candidato de la izquierda, ganarle era una cosa casi imposible. 

Hoy, en ese entendido la "oposición" construye el proyecto denominado "Sí por México", para intentar generar un bipartidismo y poder vencer en las elecciones intermedias al partido en el gobierno . Para lograr condiciones, según ellos, han iniciado la más ambiciosa campaña en redes sociales de descalificación al gobierno y de promoción de este concepto a través de algunos medios de comunicación para anclar la idea entre la población de mejor manera.

En los laboratorios y mesas de discusión suena como una gran idea, sin duda. Por eso en San Luis Potosí y en Nuevo León ya se frotan los bigotes frente al escenario que pudiera darse. En Nuevo León, los genios del poder ya preparan al hijo de Luis Donaldo Colosio para envolverlo con las banderas PRI, PAN, PRD y MC para enfrentar a Clara Luz Flores quien probablemente irá por el partido en el gobierno, PVEM, PT y un partido político local. Piensan que esta idea será el modelo para el resto del país. Mientras tanto en San Luis Potosí los actores locales se rebelaron a sus dirigencias nacionales y ya firmaron un convenio de coalición.

Sin embargo, a los ex titanes del poder se les olvida algo, que para la población es evidente y para el Presidente de la República lo es todavía más: las elecciones se ganan en la calle, con la población, y que el principal acuerdo político de AMLO es con ellos. Los programas sociales, el voto del 2018, la narrativa conservadores vs liberales, los fifís, etc. Todo va encaminado contra esas alianzas ideadas y diseñadas en confortables bibliotecas y salones del bosque de Tlalpan, entre tazas de café y entramados sofisticados.

Sobre todo, porque a esas alianzas les falta lo más importante: barrio, realidad y sentimiento. Sobre todo, porque el pueblo ya sabe que tiene el poder por el que viene luchando desde el 1988, pasando por el 2000, 2006, 2012 y finalmente el 2018.

Por ello insisto, no hay una verdadera alternativa que le dé espacio a los anhelos reales de millones de mexicanos, lo que hay es una disputa entre las ambiciones personales de unos cuantos, buscando recuperar sus privilegios, contra un populismo empoderado, con presupuesto, narrativa, olfato y un adversario perfecto. Solo que esta vez, cuenta con una base de 15 millones de votos. 

Nuevo León, San Luis Potosí, Ciudad de México o cualquier otro estado por más alianzas que hagan, sino cuentan con el apoyo popular, campañas de tierra, personajes con prestigio, sin cola larga ni cadáveres en los closets, jamás, podrán ser realmente competitivos. Eso lo sabe AMLO, Claudia Sheinbaum, Clara Luz Flores y todos los que se enfrentarán a los de siempre, con las tácticas de siempre, incluyendo el fuego amigo, especialmente dentro de Morena.

No es pregunta.

POR MARTHA GUTIÉRREZ
ANALISTA EN COMUNICACIÓN POLÍTICA
@MARTHAGTZ