AGENDA CONFIDENCIAL

¿Casas de encuestas o de apuestas?

Desde que George Gallup concibió en 1930 la metodología para conocer lo que opina la sociedad en relación con cualquier tema, las encuestas se han desarrollado hasta volverse indispensables

OPINIÓN

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Luis Soto / Agenda Confidencial / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: FOTO: Especial

La elección presidencial en Estados Unidos hizo quedar bastante mal a las casas de encuestas de aquel país, que hasta antes del mencionado evento gozaban de cierta fama y prestigio por su razonable grado de certeza. ¿Fallaron las encuestas? ¿Abusaron de la influencia que creían tener quienes realizan esos ejercicios demoscópicos? ¿Será culpa de los encuestados quienes no dicen
la verdad? Esas y otras interrogantes tendrán que resolverlas quienes se dedican a ese negocio, no sólo en aquel país sino también en México, y actuar en consecuencia.

Las encuestas de intención de voto siguen siendo una importante herramienta de trabajo de los operadores de campañas electorales, y aunque existe una creciente tendencia a sobrevalorar su utilidad y sus beneficios reales, los sondeos de opinión ya forman parte de la estrategia de cualquier político que aspire a un cargo de elección popular, y recientemente en nuestro país, de aquellos que quieren resolver una controversia política, económica o social.

Desde que George Gallup concibió en 1930 la metodología para conocer, con razonable grado de certeza, lo que opina la sociedad en relación con cualquier tema, las encuestas se han desarrollado hasta volverse indispensables. Sin embargo, conviene recordar al respecto la opinión del padre de la moderna consultoría política, el estadounidense Joseph Joe Napolitan, asesor en más de 100 campañas electorales en su país y en otros veinte países de los cinco continentes, que siempre alertó sobre el abuso de las encuestas en su obra clásica “Cien cosas que he aprendido en 30 años como consultor político”. Dice:

“Las encuestas son esenciales, pero no hay que dejarse engañar por ellas. La única razón práctica para hacer una encuesta es obtener información que ayude a ganar las elecciones. Si la encuesta no va a hacerlo, es mejor gastar el dinero en otra cosa.

uizás la información menos importante de una encuesta es la de quién va por delante en un momento dado. Es cierto que no se puede dirigir una campaña sin encuestas adecuadas, pero no se puede depender exclusivamente de ellas. Tampoco hay que publicarlas, a menos de que haya una razón extremadamente buena para hacerlo.”

Sin duda alguna, los conceptos expresados por Mr. Napolitan siguen estando vigentes. Sin embargo, después de los resultados en Estados Unidos, algunos observadores políticos mexicanos hacen una valiosa aportación al texto, que deberían tomar en cuenta las casas de encuestas y de apuestas en México –incluyendo las que contrata el INE-- en las campañas electorales del 2021: No hay que dejarse engañar por las encuestas, sino por los encuestados que no dicen la verdad.

AGENDA PREVIA

En Morelos, los llamados verificentros se han convertido en jugoso negocio por el número de automotores, tanto del estado como de la ciudad de México, que obligatoriamente tienen que acudir a la prueba anticontaminante. Hay sólo 5 abiertos, pues a doce les suspendieron la concesión. Nos dicen que los que están operando son del hermano del gobernador quien presiona a los que están suspendidos para que les venda el negocio. ¿Será posible tanta perversidad?

POR LUIS SOTO
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