Esta semana se llevó a cabo la cumbre de turismo de los países que conforman el G20. El anfitrión fue Arabia Saudita. Se trató de una más de estas reuniones en las que emergen pocas acciones concretas y vinculantes; pero en las que se muestran muchas intenciones nobles. El secretario de turismo de México, Miguel Torruco, basó su intervención bajo los ejes de sustentabilidad e inclusión social.
En esta reunión participaron empresarios mexicanos, como Alejandro Zozaya, presidente de Apple Leisure Group, quien ha externado que los países requieren homologar políticas sanitarias, así como eliminar restricciones y cuarentenas para reactivar el sector. Zozaya ha puntualizado que el turismo de los países del G20 representa a 80 por ciento del turismo mundial, así que la unificación de protocolos es una aspiración urgente.
Te podría interesar
Desafortunadamente las voces de urgencia de los empresarios del sector no tienen el eco que deberían entre los políticos. De hecho, el acento oficial tras la reunión del G20 no estuvo en esa homologación de protocolos para una reapertura, sino en temas más ambiguos como la “cooperación internacional”, o las políticas para “promover experiencias auténticamente sustentables”. ¿Cómo se traduce eso en la vida práctica ante la urgencia? En muy poco. O muy lentamente.
Pero la aportación más preclara de la cumbre provino del sector privado. La presidenta del WTT, la mexicana Gloria Guevara, presentó un “plan tangible” de 24 puntos para salvar masivamente 100 millones de empleos que han sido afectados en esta industria en el planeta. La mitad de los compromisos que propuso Guevara son para el sector público y la otra mitad para el sector privado. El programa plantea, entre otras cosas, estandarizar protocolos de sanidad globales; analizar pasajeros antes del viaje; y establecer mecanismos de rastreo y contacto durante el mismo. También propone una acción coordinada para la reapertura de fronteras; ajustar las cuarentenas; y establecer canales de comunicación consistentes hacia los viajeros.
En el mundo hay 330 millones de empleos que dependen del turismo. La economía que genera este sector equivale, globalmente, a 6 billones 700 mil millones de dólares.
WEF Y DAVOS
No será en Davos, sino en Lucerna; y no será en enero, sino en mayo de 2021, cuando tenga verificativo la Reunión Anual del Foro Económico Mundial, como resultado de la pandemia. Sin embargo, el Foro sigue muy activo puntualizando los desafíos globales. Ayer identificó que el riesgo más importante en este momento es el desempleo: “Las alteraciones en el empleo causadas por la pandemia, el aumento de la automatización y la transición a economías más ecológicas están cambiando los mercados laborales de manera radical”, dijo Saadia Zahidi, directora general del Foro Económico Mundial.
POR CARLOS MOTA
MOTACARLOS100@GMAIL.COM
WHATSAPP 56-1164-9060