COLUMNA INVITADA

Seguridad y reconciliación

El relevo en la Secretaría de Seguridad es una buena oportunidad para reconstruir la agenda y dar tregua a las descalificaciones al pasado

OPINIÓN

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Manelich Castilla Craviotto / Colaborador / Opinión El Heraldo de México

Vivimos en una sociedad polarizada y eso debiera ser razón de honda preocupación. No solamente afecta la armonía y unión que debiera prevalecer en estos tiempos difíciles, sino que el encono siembra la semilla que germinará en el futuro, llevándonos a una circunstancia que pagará la próxima generación, esa que no necesita mucho para desangelarse ante un presente que les cortó las posibilidades de socializar, se ha acostumbrado al uso de cubrebocas y sesiones de Zoom.

Que el gobierno actual y los pasados han tenido culpa es solo parcialmente cierto, porque si algo queda claro dando un vistazo al mundo, es que existen cuestiones varias que han sumado a edificar sendas fortalezas por donde es imposible el acceso al entendimiento. El aspecto cultural que cede ante las subculturas, los excesos de la posmodernidad y la pereza para encontrar en el otro algo en común digno de reconocerse, favorecen la adopción de posturas irreconciliables.

En un país marcado por el incremento de manifestaciones criminales violentas, resulta ocioso culpar a uno u otro funcionario, por más que esté obligado por el cargo a combatir dichas manifestaciones y sus dichos no armonicen con los hechos. No lo es, en cambio, revisar el modelo en que se centra una estrategia para establecer condiciones de gobernabilidad, mantener bajo control al crimen y sus causas generadoras. Se trata de una responsabilidad del Estado en pleno, no de una o pocas personas. He señalado que el adanismo no deja buenos dividendos en materia de seguridad. Partir de cero y asumir que todo paso es fundacional, es el peor engaño en que puede caer quien no había trabajado activamente en generar condiciones de seguridad.

Cuando la política de partidos, por bien orientada que esté, sustituye a la política pública, el resultado no puede ser peor. La tarea de los partidos es llegar al poder y, una vez gobierno, asumir con visión de Estado su tarea. En materia de seguridad pública, la visión debe trascender sexenios y posturas coyunturales. No hacerlo nos coloca en la peor posición para consolidar un país en paz.

El amplio debate, los análisis, la evidencia internacional, no bastaron para evitar consumar la militarización de la seguridad pública. Prevalece pues, la visión política de coyuntura sobre la de Estado. En un escenario así, ¿es posible alcanzar la pacificación del país?

Sin duda, la ruta debe partir de la revisión desapasionada de estrategias y modelos. Insistir en una política de demolición no ayuda a los fines del Estado. No se trata de llevar el debate - mucho menos la polarización – a las instituciones encargadas de brindar seguridad pública y nacional, sino de lanzar un llamado urgente a dejar un poco lo inmediato para concentrarnos en el futuro de la más relevante tarea del Estado. Si crisis es oportunidad, lo es con mayor razón el cambio. El relevo en la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana -despojada ya de todo ámbito operativo- es una buena oportunidad para reconstruir la agenda; dar tregua a las descalificaciones al pasado y asumir con visión de Estado que la seguridad empieza con la reconciliación.

 

POR MANELICH CASTILLA CRAVIOTTO

COLABORADOR

@MANELICHCC