OPINIÓN EL HERALDO DE MÉXICO

75 aniversario de la ONU: ¿Longevidad inútil o fragilidad funcional?

La crisis por la pandemia de COVID-19 puede abrir una nueva oportunidad para los países emergentes

OPINIÓN

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Francisco Acuña Llamas / Analista y catedrático de la UNAM / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

A propósito de la ONU, el canciller mexicano ha solicitado, a nombre de México, una Asamblea General Extraordinaria del máximo organismo internacional, para ordenar acciones urgentes consecuencia del COVID-19. La ocasión exigirá que el gobierno lleve la explicación de la estrategia que ha seguido. Urge reanudar aquel liderazgo internacional que México tuvo durante la segunda mitad del siglo XX, la época de oro de la política exterior mexicana.

La ONU fue el fruto de un consenso disfrazado de ánimo pacificador entre los aliados que vencieron en la II Guerra Mundial. Aliados que se convirtieron en rivales al nivel de la intolerancia de modelos alternativos de condición ideológica y económica, con la que dividieron el mundo en dos hemisferios: Este-Oeste dando paso a la era de la contención armada de las superpotencias. Antagonismo que prohijó guerras (como la crisis del Oriente Medio, la guerra de Corea, Vietnam, Afganistán…).

La bipolaridad mundial se reflejó en la ONU, en la composición de su Consejo de Seguridad y en la inclusión de países miembros alineados a los dos polos y de países neutrales o “no alineados” para conseguir equilibrios. La Guerra Fría concluyó en 1990, tras la caída del muro
de Berlín.

Desde la disolución de la URSS y el bloque de países del Pacto de Varsovia, la inutilidad de la OTAN y la emergencia de la  Unión Europea el peso de la ONU fue decreciendo. La multilateralidad formó bloques comerciales que han venido a concentrar las nuevas disputas regionales con China como nuevo gran contrapeso mundial. Al perderse los controles reaparecieron los fundamentalismos y desde 2001 estamos por completar dos décadas de una turbulencia sociopolítica con guerras, narcotráfico y paulatina desestabilización democrática.

La ONU ha venido construyendo una política para la cultura de la paz y para la adopción por los países democráticos (con sus bemoles), el sustento para evitar la discriminación, fomentar la diversidad, combatir  la desigualdad, la violencia contra las mujeres y buscar un desarrollo sustentable. La ONU ha sido pertinaz en proclamar sus objetivos pacificadores y en la propagación de técnicas y remedios para construir una cultura universal en favor de la cultura, la educación y el respeto al medio ambiente, con la UNESCO, la OMS, la FAO, etcétera.

La crisis por la pandemia de COVID-19 puede abrir una nueva oportunidad para los países emergentes. México debe clarificar las cifras de contagios y defunciones en aras de la credibilidad  y de la transparencia sobre los efectos de la tragedia nacional, lo que permitirá calcular los subregistros que hasta hace poco se reconocen oficialmente. Un desafío que vale intentar.

 

POR FRANCISCO ACUÑA LLAMAS

ANALISTA Y CATEDRÁTICO DE LA UNAM

@F_JAVIER_ACUNA