La derrota del fin de semana en Hidalgo y Coahuila es resultado de una falta de cohesión y liderazgo en Morena, pero sobre todo es el reflejo de la fragmentación que vive el partido en todo el país.
Por esa razón, lo que ocurra este fin de semana, con la designación de su dirigente nacional, será determinante para su futuro de corto, mediano y largo plazo.
El perfil por el que se incline su militancia, a través de la tercera encuesta levantada por el INE, será la piedra angular para que el movimiento se consolide como un verdadero partido.
Y como todos sabemos, los morenistas tienen dos opciones en este momento: Mario Delgado y Porfirio Muñoz Ledo, quienes personifican a los dos grupos de mayor peso: los puros y los neomorenistas.
Ahí es donde está la disputa. En Muñoz Ledo, los morenistas tienen a uno de los políticos más experimentados del país, con una larga trayectoria como legislador, funcionario y dirigente partidista.
Se trata de un político reconocido por el círculo rojo, pero también por las nuevas generaciones.
Un gran tribuno, con una memoria virtuosa y dotes de orador, como pocos; bohemio y trovador como muchos, que no está exento del escándalo y las acusaciones, incluso de abusos contra algunas mujeres.
Sin duda, un personaje experimentado que lo mismo trabajó con el ex presidente Luis Echeverría que ahora con el grupo más radical de la 4T.
Un político que cree que su nombre y su fama son suficientes para tomar las riendas del toro salvaje en el que se convirtió Morena, desde la comodidad del sofá de su casa, vía zoom, porque está imposibilitado de salir a la calle.
Por el otro lado está el también diputado Mario Delgado que, a diferencia de Porfirio, ya recorrió 25 de los 32 estados desde que expresó su interés por dirigir Morena.
Contrario a lo que se diga, Delgado es el representante de la sangre “nueva” y forma parte del grupo que los “puros” han denominado los “impuros”.
Es cercano al canciller Marcelo Ebrard y logró construir acuerdos con otro grupo muy poderoso: los senadores afines a Ricardo Monreal, que son mayoría.
Desde Palacio Nacional lo ven como el personaje que más acuerdos puede construir en este momento de intensa polarización.
Es más, uno de los hombres más cercanos al presidente Andrés Manuel López Obrador, me dijo que antes de que se dé a conocer el resultado de la tercera encuesta habrá un acuerdo entre los contendientes por Morena.
El consenso va encaminado a reconocer el resultado, favorezca a quien favorezca. Y quien ya dijo que sí es precisamente Mario Delgado.
No les queda de otra, me dijo el funcionario presidencial, porque la elección del fin de semana en Hidalgo y Coahuila les mostró una realidad que se negaban a reconocer los morenistas.
Producto del descalabro, todos están obligados a una reflexión interna y a construir acuerdos. No les queda de otra. Si no lo hacen están poniendo en juego su mayoría en el Congreso y 15 gubernaturas en 2021. Y de la sucesión presidencial, en 2024, mejor ni hablamos.
***
A más tardar la próxima semana, Alfonso Durazo dejará la Secretaría de Seguridad Ciudadana, para buscar la candidatura al gobierno de Sonora el próximo año, lo que implicará varios movimientos en el gabinete presidencial.
***
Me dicen que existe simpatía entre senadores de varios partidos por la nominación de Marina San Martín, quien es una fuerte candidata a comisionada del INAI. Durante su presentación en la cámara alta, la actual comisionada del InfoCDMX dejó un buen sabor de boca.
***
A diferencia de Genaro García Luna, la Unidad de Inteligencia Financiera no solicitará el congelamiento de las cuentas de Salvador Cienfuegos porque no existe una investigación en su contra en México.
***
Y como dice el filósofo… Nomeacuerdo: “Algunos se desesperan cuando se hunde el barco, otros aprenden a nadar.”
POR ALFREDO GONZÁLEZ
ALFREDO.GONZALEZ@HERALDODEMEXICO.COM.MX
@ALFREDOLEZ