EL DEDO EN LA LLAGA

Todos los caminos conducen a Gatell

Más de la mitad de los lácteos retirados del mercado la semana pasada volvieron solamente tres días después

OPINIÓN

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Adriana Delgado Ruiz / El dedo en la llaga / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

Todos los caminos llevan al subsecretario López-Gatell. Una de las razones que esgrime sobre la cruzada emprendida para el etiquetado frontal de productos alimenticios, y más recientemente la alineación de la Secretaría de Economía y la Profeco en el retiro de productos por incumplimiento de normas oficiales, es que los alimentos industrializados y ultraprocesados han contribuido al repunte de enfermedades crónicas que debilitan la capacidad del cuerpo humano para enfrentar males como COVID-19.

La información continua y la educación para el consumo responsable deberían ser las premisas básicas de esa política pública. Cada mexicano es libre de consumir o no esos productos como parte de sus derechos constitucionales. Más aún, los países de la Organización Mundial de Comercio, incluyendo a Estados Unidos y los europeos, habían pedido a México retrasar el etiquetado al menos dos años por razones meramente técnicas.

Tomar y publicitar unilateralmente una medida como esa o la prohibición de vender un producto, no sólo debe implicar las consideraciones de salud, sino también las económicas. La reputación es uno de los elementos de valor más importantes de una marca. De ese valor dependen miles de empleos y el desarrollo de cada sector.

Más de la mitad de los lácteos retirados del mercado la semana pasada volvieron solo tres días después, lo que no habría sido posible si las empresas no tuvieran mecanismos bien estructurados para corregir. ¿No habría sido lo adecuado ir directo con ellas y aplicar las medidas necesarias?

En el caso del etiquetado frontal, la medida entró en vigor el 1 de octubre y la autoridad anunció que las multas por no acatarla iniciarán hasta el 1 de diciembre. ¿Qué sucedió con los quesos y yogures para que señalar así de mediáticamente a las marcas fuera mucho más inmediato?

Nadie está en contra de no engañar al consumidor, pero la manera de comunicar un acto de autoridad también puede tener consecuencias injustas y hasta desastrosas. El caseinato de sodio, en efecto, es un aditivo que contiene el queso y que funciona como conservador y para fortalecer el contenido de calcio. Autoridades internacionales como la FDA lo clasifican como seguro. ¿Un químico tóxico de laboratorio? No. Es una proteína propia de la leche.

No dimensionar y echar al mismo saco todos los ángulos de un asunto genera percepciones erróneas. Para una madre de familia preocupada por la salud de los suyos, no es comparable un lácteo que no tenga realmente leche con otro que tenga unos gramos menos de producto. 

Específicamente, tratándose de alimentos, es sabido que el peso puede variar por el manejo, el tiempo y el almacenaje.

Cuidar la salud y la economía sería mucho más eficiente si no se aplicaran dos varas y dos medidas, como en el caso de los alimentos procesados. Mientras, los precios de productos básicos como el huevo, la cebolla y los artículos higiénicos han subido desmesuradamente en estos meses. ¿Será igualmente estricta la autoridad?

POR: ADRIANA DELGADO RUIZ
ADRIANAD16@YAHOO.COM.MX
@ADRIDELGADORUIZ