COLUMNA INVITADA

El abogado en la vida pública

La administración pública requiere de abogados que velen por la juridicidad en el manejo de la función pública

OPINIÓN

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Enrique Quiroz/ Colaborador/ Opinión El Heraldo de México.Enrique Quiroz/ Colaborador/ Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Una de las profesiones llamadas “tradicionales” es la abogacía. Tan socorrida como los médicos, ingenieros y arquitectos. El deber del profesional implica una responsabilidad muy elevada ante la sociedad. Don Eduardo J. Couture (1904-1956. Uruguayo) fue un abogado procesalista reconocido en Latinoamérica. A él se le atribuye “Los 10 mandamientos del abogado”. Desde luego, son aplicables a cualquier especialidad, pero en gran medida está dirigido a litigantes. Por su parte, la administración pública requiere de abogados con un “deber” muy destacado. Velar por la Juridicidad en el manejo de la función pública es de las máximas responsabilidades. Veamos al abogado del servicio público, tratando, en gran medida, de seguir (al acoplar al abogado del servicio público) el pensamiento de nuestro autor.

1. Estudia. El derecho se transforma, si no sigues sus pasos, serás cada día menos abogado. En la administración pública, ello se multiplica a la “n” potencia, por la cantidad y por dinámica de normas en el servicio público.

2. Piensa. El derecho se aprende estudiando, pero se ejerce pensando. En la vida pública, de nada sirve el abogado sin claridad mental y su aplicación.

3. Trabaja. La abogacía es una ardua fatiga puesta al servicio de las causas justas. El servicio público implica un esfuerzo constante de dedicación y entrega.

4. Procura la justicia. (Aquí que me perdone don Eduardo, él se refería a litigantes) Para procurar la justicia en el servidor público, es cuando más se requiere del conocimiento de los pilares del Derecho. En el servicio público no son asuntos entre particulares. En actos de autoridad, el funcionario público sólo puede hacer aquello para lo que está expresamente facultado. No puede buscar la justicia a su arbitrio, sino con la ley.

5. Sé leal. El servidor público sólo tiene un “cliente”: la Nación, a ella, y sus principios debe ser leal.

6. Tolera. “Tolera la verdad ajena en la misma medida en que quieres que sea tolerada la tuya”.

7. Ten paciencia. “En el derecho, el tiempo se venga de las cosas que se hacen sin su colaboración”. En el servicio público ninguna precipitación justifica vulnerar el Estado de Derecho.

8. “Ten fe en el Derecho, como el mejor instrumento para la convivencia humana; en la justicia, como destino normal del Derecho; en la paz como sustitutivo bondadoso de la justicia. Y, sobre todo, ten fe en la libertad, sin la cual no hay Derecho, ni justicia, ni paz”. Aquí diríamos, en la vida pública la paz implica la aplicación adecuada del Derecho.

9. Olvida. “La abogacía no es una lucha de pasiones. Si en cada batalla fueras cargando tu alma de rencor, llegará un día en que la vida será imposible para ti...” (Impecable para el servidor Público).

10. Ama tu profesión. “Trata de considerar la abogacía de tal manera, que el día en que tu hijo te pida sobre su destino, consideres un honor para ti, proponerle que sea abogado”. Nosotros agregaríamos: ama al Derecho en la vida pública de tal manera que seas digno de proponerle a tu hijo que sea abogado del servicio público. Vaya reto de vida.

POR ENRIQUE QUIROZ
ABOGADO COLABORADOR