Tendencias globales para 2020

Para México, no es buena noticia el derrumbe de la arquitectura y la diplomacia multilaterales

Tradicionalmente, los asuntos internacionales ocupan un lugar marginal en nuestro debate, lo cual se explica por la idea, falsa pero popular de que lo que ocurre afuera no nos incumbe. Pero la realidad se encarga de recordarnos lo mucho que el destino de México está interconectado con la agenda global.

Por ello hago una recapitulación de las que, considero, fueron las principales tendencias globales que marcaron 2019, y México debe observar hacia 2020.

La primera: la desaceleración de la ola populista-autoritaria. Un ejemplo fueron las elecciones europeas, en las que los partidos extremistas, tanto de derecha como de izquierda, perdieron terreno, como Alternative für Deutschland, en Alemania; Syriza, en Grecia, o Podemos, en España, a lo que se suma la derrota de Jeremy Corbyn en Reino Unido, a quien los electores, y parte de los laboristas, le dieron la espalda.

Asimismo, reivindicaciones de corte democrático se dejaron sentir en países como China, Venezuela o Bolivia. Frente a ello, las fuerzas liberales deberían enfocarse, este 2020, en ofrecer agendas a públicos cansados del populismo.

Una segunda tendencia es la emergencia de amplios movimientos sociales basados en liderazgos horizontales. Las inéditas protestas en Hong Kong han sido encabezadas por jóvenes anónimos, pero que lograron sacar a las calles a millones de personas bajo la lucha por la democracia.

Las protestas de mujeres en México, Chile o Turquía han logrado un impacto global a partir de causas y estructuras horizontales. Los chalecos amarillos en Francia y los manifestantes en Líbano e Irak han seguido un patrón similar. Debería ser una lección para que, en 2020, quien aspire a ser alternativa política y social (incluido México) articule agendas amplias y horizontales que aglutinen a ciudadanos que buscan defender y ser parte de causas, más que militar, en grupos.

La tercera es el creciente cuestionamiento y disfuncionalidad de las instituciones internacionales. Ahí está el cuestionamiento a la OEA, justo cuando crecen protestas sociales en el hemisferio; la OTAN pasa un momento de extravío que compromete el arreglo liberal de la posguerra y la OMC encara problemas para resolver disputas comerciales debido al bloqueo de EU, mientras la guerra comercial entre Washington y Pekín muestra un escepticismo claro sobre las normas comerciales.

Sumemos una cuarta: la preferencia por la política de la fuerza en lugar de la fuerza de la política. El ataque de EU sobre Irak, que acabó con la vida de un alto mando iraní, y la posterior ruptura de Irán con el acuerdo nuclear de 2015 son una señal de alarma que la comunidad global no puede desatender. Para México, no es buena noticia el derrumbe de la arquitectura y la diplomacia multilaterales, pues nos deja desprotegidos, y, por eso, es de interés nacional en 2020.

¿Cómo actuará México ante las presidenciales en EU, la posible continuidad de protestas sociales, la entrada en vigor del T-MEC o el conflicto entre Washington y Teherán? Algo es seguro: en 2020 no podemos darnos el lujo de ser ajenos a la agenda global.

[nota_relacionada id=810043]

POR CLAUDIA RUIZ MASSIEU

SENADORA DE LA REPÚBLICA POR EL PRI

@RUIZMASSIEU

eadp