EEUU y Oriente Medio: el Conflicto Permanente (II)

El triunfo estadounidense en 2003 permitió que grupos pro-iraníes funcionaran abiertamente en Irak

El actual gobierno iraquí surgió de la turbulenta política posterior a la derrota del régimen de Saddam Hussein, tras la segunda Guerra del Golfo, en 2003.

Pero la primera, que evidenció la presencia estadounidense en la región, fue en 1991, luego de que el gobierno de Saddam Hussein invadiera Kuwait con la que creía era aquiescencia estadounidense. Después de todo, Saddam había concluido hacia poco una brutal guerra con Irán, enemigo ya de Estados Unidos.

Fue un error. Tres o cuatro años después el acreditado periodista Bernd Debussman, entonces corresponsal de Reuters, consignaba que los bombardeos estadounidense habían regresado a Irak al siglo XVIII.

Una década después, en 2003, el triunfo estadounidense permitió que grupos pro-iraníes comenzaran a funcionar abiertamente en Irak.

El actual primer ministro iraquí, Adil Abdul-Mahdi, es un político pro-iraní que lucha por la sobrevivir en el gobierno, demanda ahora la salida de las tropas extranjeras de Irak, luego de la muerte del general Qassem Soleimani, Jefe de la Guardia Revolucionaria de Irán, en un ataque estadounidense cerca del aeropuerto de Bagdad.

Abdul Mahdi fue colaborador del Ayatola chiíta iraní Ruhollan Jhomeini durante su exilio en Francia.

La historia de Abdul Mah-di no es única. Asia menor es una región donde el juego de equilibrios puede producir cambios de alineación radicales.

Considérese si no la situación de Afganistán, un país considerado históricamente como indominable.

En los años ochenta, y mientras Irak e Irán estaban en guerra formal, una de las causas más populares en Estados Unidos era apoyar a los rebeldes afganos, los mujahedines, que luchaban contra la Unión Soviética.

La causa Mujahedin alió a extremistas islámicos, incluso un joven saudita llamado Osama bin-Laden, con los estadounidenses. Tras el retiro de la URSS, Bin Laden regresó a Arabia Saudita como un héroe, pero pocos años después lo abandonaba disgustado por la presencia de tropas estadounidenses como secuela de la guerra del golfo.

A partir de ese momento, se abocó a la formación de un grupo que desarrollaría luego una serie de atentados: Al Qaeda fue la responsable de los ataques del 11 de septiembre de 2001, cuando sus seguidores secuestraron cuatro aviones de pasajeros y lograron lanzar tres de ellos contra las torres gemelas de NY y el Pentágono en Washington.

Ese ataque llevó a que Estados Unidos se lanzara contra el gobierno islámico de Mustafá Omar, líder del grupo Talibán, que gobernaba Afganistán porque asilaba a Bin Laden. El gobierno Talibán fue derrotado en 2001.

Pero la caída del gobierno islámico no implicó su desaparición, y el Talibán ha sido una presencia armada, terrorista, política y social en Afganistán desde entonces. De hecho, a fines del año pasado había ya serias posibilidades de negociación de un tratado de paz entre el Talibán y Estados Unidos.

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POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS

JOSE.CARRENO@HERALDODEMEXICO.COM.MX 

@CARRENOJOSE

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