Comunidades que Transforman

Hace apenas unos días que el calendario por el que no regimos nos regaló una oportunidad de las grandes de volver a empezar. De reiniciar proyectos atascados, sueños pausados y compromisos pendientes. De cambiar trayectorias y transformar realidades. De convencer a nuestros adentros que nuestros afueras pueden cambiar el mundo si se lo proponen con ganas y les acompaña un poquito de suerte y un buen equipo.

Porque para ser, estar, y sobre todo para transformar, hace falta desarrollar nuestro sentido de pertenencia a equipos que se convierten en mucho más que un grupo de personas que se organiza para realizar una actividad o un trabajo. Y cuando digo equipo, quiero decir tribu, trampolín, liana liando futuro y presente siempre con ganas de más. Quiero decir comunidad.

El año pasado, cuando comencé compartir en este espacio, les pude platicar sobre personas que forman parte de dos de las comunidades globales a las que tengo el placer de pertenecer: Ashoka y sus millones de agentes de cambio a lo largo y ancho del planeta, y Active Citizens, una iniciativa del Consejo Británico que utiliza el diálogo multicultural para generar transformación social local. Dos comunidades llenas de individuos increíbles como Diego, Alejandra, Aura, Daniel, Rosalía, Francisco, Paulina, o Andrea. Dos comunidades que inspiran a no tirar la toalla por cuesta arriba que se pongan las cuestas.

Pero éstos dos grupos no son la única gasolina que alimentan mi esperanza. Desde hace muchas vueltas al sol, queriendo o sin querer, he tenido la suerte necesaria y el trabajo requerido, para pertenecer a tribus tan bonitas como la comunidad de TEDx, la de Embajadores del Diálogo Estructurado de la Unión Europea o la de fellows de Unschool, una tribu de personas que transforman a través de la sostenibilidad, el diseño y los cambios sistémicos de sistemas que ya no funcionan.

Este año quiero hablarles de más personas que transforman, de más tribus que alimentan, y de más y mejor México. Y para ello quiero empezar por una de las sorpresas más bonitas que me regaló el 2019. Global Shapers, la comunidad de jóvenes del Foro Económico Mundial. Uno de los grupos más diversos que conozco, donde profesionales de ámbitos como la medicina, el arte, el impacto social, la política o la tecnología, se juntan bajo la premisa de crecer juntos para ser mejores líderes para el mundo, creando proyectos que impacten en una de las 3 áreas de trabajo que el Foro pone como hoja de ruta para los más de 400 hubs que existen en el mundo, equidad e inclusión, clima y medio ambiente o el futuro del trabajo.

Global Shapers es una de las tribus que me empuja a desatascar proyectos, a soñar despierta y comprometerme sin excusas. Pero no es la única que existe. Esta vuelta al sol, mi invitación es a buscar esos equipos que nos hacen ser personas que transforman, que nos comprometen con la mejor versión de nosotros mismos, que nos empujan a límites que no sabíamos que teníamos, que nos presentan piezas de nuestros puzzle todavía por resolver o nos hacen encajar cuando más hace falta. Y mi compromiso es seguir compartiendo sus historias, para que sigamos creyendo, para que sigamos transformando.

Por Sara Lee Wolfe

Líder Global de Comunidades de Ashoka, Global Shaper y Active Citizen

@Saaraaleee