Que alguien le explique

Nadie va a creerse que en el periodo vacacional se convocó para la elección del nuevo líder del Sindicato de Pemex

Cae más pronto un hablador que un cojo, dice el refrán que bien podría aplicarse al subsecretario del Trabajo, Alfredo Domínguez, quien en los primeros días del año se ha placeado en algunos medios de comunicación para advertir que la autoridad laboral no validará ningún proceso opaco, sin recurrir al voto directo y secreto para elegir a la nueva dirigencia del Sindicato de Pemex, que voluntariamente a fuerzas dejó Carlos Romero Deschamps el 16 de octubre del año pasado.

Ante la petición de Manuel Limón Hernández —quien se quedó al frente del negocio desde aquel entonces— para que se le otorgara la toma de nota , el funcionario subrayó: “No hay nada para nadie”, y ofreció la siguiente explicación: “Lo que ha hecho la Secretaría del Trabajo y Previsión Social en este caso, es declarar que es improcedente que se pretenda acreditar un nuevo Comité Ejecutivo, precisamente cuando no se está acreditando que esaelección se hizo por voto personal, libre, secreto y directo…”

Sin embargo, el día de ayer todos, incluyendo al Presidente de la República, nos enteramos que la dependencia le otorgó como regalo de Día de Reyes la toma de nota al señor Limón Hernández, sin que se conociera, públicamente, que hubiera existido un proceso de elección con las características que mencionó el subsecretario. Ante el sospechosismo de que hubo triquiñuelas y marrullerías en la elección del nuevo líder —parecidas a las que hacían los neoliberales para perpetuar en las dirigencias a los líderes corruptos—, el primer mandatario se comprometió a que la titular de la dependencia, Luisa María Alcalde Luján, explique detalladamente cómo estuvo el chanchullo sindical; si se cumplió o no con lo que establece la Constitución. Obviamente nadie va a creerse el cuento de que en el periodo vacacional se consultó y convocó a las bases para la elección del nuevo líder, por lo que se tendrán que sacar de la chistera otros trucos.

Mientras la señora Alcalde explica lo inexplicable —probablemente hoy martes en la conferencia mañanera—, los que ya tienen otra chambita, además de seguirle los pasos a la profesora Elba Esther Gordillo quien en su mensaje a navideño a los trabajadores del SNTE prometió que iba a regresar, son los agregados laborales que está contratando la embajada de Estados Unidos para que supervisen la implementación de la Reforma Laboral de México, que contempla, entre otras cosas, acabar con la corrupción en todos los sindicatos del país y otras prácticas insanas.

Por cierto, que sobre los susodichos agregados laborales el subsecretario Domínguez había insistido en que éstos “no podrán tener labores de inspección porque esa es tarea propia de una autoridad mexicana”. Según el funcionario, el Departamento de Estado norteamericano ha propuesto aportar recursos para que empresas consultoras impartan capacitación, formen inspectores, conciliadores o plataformas tecnológicas para el registro de sindicatos y contratos colectivos.

¿O sea que los agregados laborales se van a estar rascando el ombligo en la embajada estadounidense?

POR LUIS SOTO

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