"La única guerra que se gana es la que no se empieza" Sun Tzu

No es posible ejercer el liderazgo internacional enarbolando los valores democráticos y al mismo tiempo cometer asesinato para asegurar intereses geopolíticos. De la misma manera, tampoco se le puede dar congruencia a la narrativa histórica que legítima ese liderazgo, cuando sus aliados y adversarios intercambian papeles continuamente.

¿Cómo entender que uno de los sistemas de diplomacia e inteligencia más robustos del planeta recurran al vil asesinato para hacer valer su voz en el concierto internacional?

Tendríamos que retroceder al año 2011, cuando Donald Trump subió un video a sus redes sociales donde acusaba al entonces presidente Barack Obama de incapacidad de negociación en las relaciones con Irán y por si fuera poco, afirmaba también que el mandatario quería iniciar una guerra para asegurar su reelección.

La publicación fue eliminada hace unos días de sus redes sociales, lo que evidencia la necesidad del presidente norteamericano de borrar junto a ese video sus verdaderas intenciones entonó a esta "guerra".

Lo anterior no es sorpresa, desde que estaba en campaña, Donald Trump no ajustaba su discurso a un ideal concreto sino a lo que decían las encuestas entorno a las preferencias políticas de cada estado, por lo tanto, aunque contradictorio pudiera analizarse como predecible, pero sobretodo lamentable.

Muchas han sido las justificaciones que ha esgrimido el gobierno de Estados Unidos para invadir países petroleros en las últimas décadas; el atentado a las torres gemelas en NY, el control de armas de destrucción masiva ó la eliminación de grupos terroristas. Todas de ellas se han puesto en tela de juicio y otras más quedaron sin comprobar.

Para ejemplificar bastan las últimas intervenciones armadas norteamericanas, las cuales no han sido de ninguna forma benéficas para los países aludidos; Somalia, Afganistán, Siria y Yemen, son muestra inequívoca de que el progreso, la libertad y la democracia sólo fueron banderas ondeadas en pro de los intereses económicos de las grandes potencias. Lamentablemente quienes pagan los platos rotos son todas las víctimas "colaterales" en este añejo juego de "risk".

"Terrorismo" es la palabra que actualmente se utiliza en el argot internacional para describir todo lo que no es conveniente a los intereses de las potencias imperantes. Sin embargo, no hay manera más efectiva para infundir terror que matar a otros seres, y quien se ufane en liderar moralmente la lucha contra el terrorismo tendrá que hacerlo con métodos que no sean crímenes. Si no es así, ¿Como diferenciamos a los terroristas de quienes no lo son?

Lo sucedido en Irán, reitera la necesidad de un nuevo sistema internacional, la Organización de las Naciones Unidas, es un modelo que no funciona a la hora de poner orden y sancionar a las potencias que actúan de forma deliberada, es hora de que la comunidad internacional conforme un contrapeso real ante las arbitrariedades de cualquier país que actúe unilateralmente cuando de acciones bélicas se trate.

"No se cómo será la tercera guerra mundial, sólo se que la cuarta será con palos y piedras" Albert Einstein.

POR JORGE IVÁN DOMÍNGUEZ

DIRECTOR DE INFORMACIÓN DEL HERALDO DE MÉXICO TELEVISIÓN 

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