"Guerra Fría 2.0" y tecnología

Los Estados Unidos alegan esencialmente que Huawei responde a los intereses del gobierno chino

Un nuevo capítulo de la "Guerra Fría 2.0" se escribió el martes, cuando el gobierno de Gran Bretaña decidió mantener a la empresa china Huawei como proveedor de equipos para una parte de su nueva red de comunicaciones 5G.

La decisión británica, que incluyó limitaciones a la participación de la gigantesca empresa, reflejó las dificultades que enfrentan los países atrapados en el conflicto que se parece tanto pero al mismo tiempo es tan diferente entre el hegemón actual y su más importante competidor.

Los Estados Unidos son la potencia dominante de la época, aún con un gobierno empleado en enajenar a sus aliados; la República Popular China pasó en menos de medio siglo de ser un país rural a la segunda potencia económica, industrial y tecnológica del mundo.

Ambas partes y sus aliados se enfrentan y compiten en áreas que van de la geopolítica al comercio y el financiamiento para el desarrollo. Y por supuesto la tecnología.

Los Estados Unidos alegan esencialmente que Huawei responde a los intereses del gobierno chino y que el uso de su equipo facilitaría el espionaje. Eso dio especial relevancia a la decisión de Gran Bretaña, uno de los componentes del grupo "cinco ojos", que conjunta los trabajos de inteligencia estadounidenses, británicos, de Canadá, Australia y Nueva Zelanda.

Pero también subrayó uno de los problemas que ambas potencias enfrentan: su propia interdependencia.

Una guerra comercial que según todos los indicios está ahora en receso, pero no terminada, afectó la economía de los dos países. Para complicar más las cosas, la mayoría de los productos electrónicos de consumo, incluidas casi todas las computadoras y teléfonos inteligentes, se fabrican en China, mientras que China aún depende del software y los semiconductores estadounidenses.

Paralelamente, ambas naciones usan sus propios mercados y sus capacidades financieras como parte de sus movimientos en lo que es una nueva partida de ajedrez político internacional. China se ha involucrado en decenas de proyectos de desarrollo en el mundo, especialmente en las naciones en desarrollo de África, Asia y en menor medida en América Latina, donde sus compras de materias primas son de primordial importancia para economías que dependen de ellas.

Al mismo tiempo, el comercio chino le ofrece capacidades de influencia entre los países más desarrollados, como ocurre en el caso europeo en general y británico en particular: ningún país querría estar fuera del gigantesco mercado chino.

Ese tipo de argumentos se parece enormemente a los que plantean los Estados Unidos al usar sus políticas de sanciones comerciales como forma de presionar a sus socios y castigar a sus adversarios.

Los Estados Unidos y China no son los únicos participantes en la nueva competencia, pero si es evidente que pese a sus necesidades y la búsqueda de alianzas parecen ver la interdependencia como un riesgo. [nota_relacionada id=836843]

POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS

JOSE.CARRENO@HERALDODEMEXICO.COM.MX 

@CARRENOJOSE

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