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El laberinto de la unidad

Con la ratificación del T-MEC, se comprueba que México es vital para los intereses de Estados Unidos y que la integración norteamericana seguirá

OPINIÓN

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A lo largo de más de 20 años, el que escribe ha repetido y difundido en múltiples medios en América del Norte algo que me es evidente: México es el país más importante del mundo para Estados Unidos y las dos naciones norteamericanas son las más integradas de todas. Desde la frontera más legalmente cruzada del mundo hasta las decenas de millones de empleos que dependen del comercio, pasando por la amplia mexicanización de EU y la americanización de México: para quienes conocemos la realidad, no hay duda de que así es.

Sin embargo, los que sabemos la historia de la Primera Guerra Mundial reconocemos que los lazos más intensos y el comercio más bondadoso es frágil ante la misantropía del nacionalismo. Cuando un pueblo fija su mirada en el odio y el desprecio al otro es capaz de sacrificar hasta su vida para destruirlo. Por lo mismo, es asombroso que tengamos un robusto sucesor al TLCAN/NAFTA, símbolo de nuestra integración. Habla de una realidad que se impuso que muy pocos norteamericanos (hablo de los 475 millones, no de los 320 millones de estadounidenses) entienden.

Veamos el entorno: 1. El Presidente del país más poderoso del mundo basó su campaña en el desprecio a los mexicanos en general, y el TLCAN, en particular. 2. En México llegó al poder el sector de la sociedad más antagónica a los valores norteamericanos de libertades económicas y americanización cultural. 3. Quien tenía que ratificar el nuevo TLCAN en EU era otro grupo, los demócratas, que desprecian el comercio con México, pero no por racistas, sino por proteccionistas. Era natural que estos grupos, tan visceralmente antagónicos, tan poderosos y tan numerosos, dieran al traste con los amplísimos vínculos sociales y económicos que nos unen profundamente.

En México, la integración con Estados Unidos no nada más fue ratificada legalmente, sino que fue celebrada prácticamente por unanimidad. En EU, la integración con México se sustentó por un amplio margen en un momento que los dos polos políticos estadounidenses no se ponen de acuerdo entre sí en ningún otro tema.

Entonces, ¿todo esto se dio por una brillante estrategia de comunicación política y cabildeo del sector público financiado por el sector privado, como en el caso de los años 90? Para nada. En México, se dio porque toda la parte del Bajío y del norte está tan obviamente sustentada por el TLCAN que se volvió impensable hasta para los neocomunistas que lo perdiéramos. En Estados Unidos, se dio porque múltiples grupos de interés, particularmente los granjeros “güeros” tan apreciados por los republicanos, hicieron patente su profundo interés por que se mantuviera. Canadá, por mucho el país más pragmático de los tres, simplemente surfeó las olas en espera de que nos pusiéramos de acuerdo.

Felicidades, América del Norte. Puede ser que este hito histórico señal de tu mayoría de edad.

*Presidente de la Fundación Imagen de México y conductor de ADN40 News

AGUSTÍN BARRIOS GÓMEZ
@AGUSTINBARRIOSG

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