El comienzo de 2020 ha sido turbulento en todo el mundo, pero mucho más para el presidente Donald Trump, pues entre conatos de guerra contra Irán, ratificaciones de tratados comerciales con China y el T-MEC, el proceso del juicio político sigue su marcha. El miércoles, después de 11 horas de debate, se votó en la Cámara de Representantes la resolución 755 para realizar el juicio de destitución de Trump por los cargos de abuso de poder, con 230 a favor y 197 en contra, y por obstrucción al Congreso, obteniendo 229 votos a favor y 198 en contra. Para este efecto, en la Cámara Baja sólo se necesita la mayoría simple, a diferencia del Senado, donde para lograr que el presidente permanezca en el cargo o sea relevado por el vicepresidente, se necesitan dos terceras partes (67 %).
Por lo anterior, desde el Senado estadounidense, hoy inicia el juicio político contra Trump, el presidente número 45 y apenas el tercero que enfrenta el impeachment. El primer presidente que fue sometido a este tipo de juicio fue el número 17, Andrew Johnson, en 1868, y el caso más reciente Bill Clinton (42), por mentir acerca de su relación con Monica Lewinsky. En ambos casos la destitución presidencial no prosperó y, probablemente, el juicio en contra de Trump tampoco se vea materializada con su salida de la Casa Blanca.
Así pues, ambas partes preparan sus argumentos, pruebas y testigos para entrar en los alegatos Por parte de los demócratas, la estrategia será en ambas vías, tratar a toda costa fincar responsabilidades en el cargo de abuso de poder en el caso de Ucrania y cómo podría intervenir en las elecciones de este año y el supuesto desprestigio a Joe Biden, actualmente el candidato mejor situado en las encuestas y, por otro lado, tratarán de maximizar el otro cargo imputado, la obstrucción de información y actuación al Congreso por parte del Ejecutivo. Para esto, los diputados demócratas, quienes fungirán como férreos fiscales en el caso, tendrán la tarea de reunir las pruebas más contundentes y a los testigos estratégicos, como el caso de Lev Parnas, empresario de Florida nacido en Ucrania y pieza clave en este entramado político, quien, junto a su socio Igor Fruman, se encuentra bajo arresto desde octubre, enjuiciado en la fiscalía de New York por los cargos de financiación ilegal de campañas electorales.
La defensa de Trump buscará desestimar los dichos de Parnas, así como los documentos probatorios que la bancada demócrata pudiese compilar respecto al abuso de poder, pues para los republicanos y para Trump, esta responsabilidad es la que más le podría afectar, dejando fuera de foco el cargo de obstrucción al Congreso. Para esto, Trump ha contratado al abogado que llevó el proceso de impeachment de Bill Clinton, Kenneth Starr, a su sucesor en aquel caso, Robert Ray, y al catedrático y defensor de personas famosas, Alan Dershowitz. Mientras comienza el juicio, confiado en ostentar la mayoría senatorial, Donald Trump se encuentra en el Foro Económico de Davos, Suiza, donde prepara un discurso “anticomunista” y, a su vez, tendrá que enfrentar de nueva cuenta a Greta Thunberg.
POR ADRIANA SARUR
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