El avión presidencial no sólo es un distractor de los temas relevantes de la agenda nacional y de aquello que no está funcionando. Esos distractores son también distracción para los funcionarios públicos, y el Presidente. ¿Podríamos imaginar lo que ganaríamos sin entretenernos en asuntos intrascendentes? ¡Cuánto tiempo perdido en más de un año!
POR SALVADOR CERÓN
COLABORADOR
lctl