En 2020 se cumplen los 10 años de la sesión dedicada por la ONU a la gobernanza global. Sin embargo, un buen número de jefes de Estado y de gobierno han cambiado según las condiciones políticas, económicas y sociales de sus países.
En Mesoamérica concluyó el año con nuevas encomiendas y con el pendiente de cumplir los compromisos internos e internacionales que llevan décadas en la agenda global. Buen momento para repensar 2020 y la década hacia 2030.
Se inicia el último año de la década con expectativas internas e internacionales que dependen de la cooperación externa e internacional. Las principales: reducción de tensiones y mejora económica, disminución de desigualdades. Pero también con una nueva demanda de paridad entre géneros en el campo socioeconómico y político.
Las propuestas para avanzar más audazmente se unen a demandas de nuevos enfoques para superar los dilemas de la integración regional. La tensión en varios países sudamericanos trascendió fronteras y alcanzó a Mesoamérica. Nuevos conflictos y posicionamientos internacionales que involucran a más de una región.
En la reciente 54ª Reunión de Jefes de Estado y de Gobierno del Sistema de Integración Centroamericano (SICA) en San Salvador, se adoptó una hoja de ruta que incluye seguridad, migración, cultura, educación e infraestructura.
Pero los efectos de la tensión regional han impactado en los preparativos de la próxima reunión de Cancilleres de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), creada en 2010 en la cumbre a favor de la unidad de América Latina y El Caribe en febrero de 2010. México recibe la presidencia pro tempore el 8 de enero con una propuesta que ya compartió a los participantes, en un ambiente que puede propiciar un diálogo para una gobernanza regional.
Los mecanismos regionales se han visto vulnerados por conflictos internos y entre países de América Latina y El Caribe. En el ambiente se percibe la búsqueda de soluciones a una tirantez diplomática, que ya alcanzó a Iberoamérica, específicamente a España y a México ante Bolivia.
La situación de los derechos humanos, asuntos humanitarios y hechos diplomáticos afectan la estabilidad de las relaciones intrarregionales y su peso global. Como en el caso de las crisis político-diplomáticas, como lo ocurrido en la residencia de la embajada de México en La Paz, Bolivia hace unos días.
Las negociaciones arancelarias y la salida Brexit permiten tomar previsiones y precauciones a los miembros del Commonwealth que se ubican en Norteamérica y en la región del Caribe. Lo que antes eran opciones, ahora han quedado descartadas o confirmadas.
Todavía hay expectativas regionales por mejores noticias. Quedan las propuestas que en cada país harán los diferentes sectores al inicio del 2020. Evaluar los balances finales del año 2019 que pronto se estarán conociendo. Los presupuestos han cambiado y las perspectivas de la gobernanza también.
POR GUADALUPE GONZÁLEZ
CATEDRÁTICA UNIVERSITARIA
@GUADALUPEGONZCH
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