Pesimismo

El seguir culpando al pasado de los malos resultados en la economía y seguridad sólo abona a esa desconfianza

2019 nos deja una sensación de angustia y frustración, y como consecuencia de desconfianza y pesimismo. El país va mal en lo económico, la seguridad y ha habido una regresión en nuestra democracia, sin embargo, para el presidente López Obrador todo va bien y se niega a reconocer la realidad.

En lo económico, la expectativa de que el último trimestre del año mostrara algún signo de recuperación no se va a dar y, según se ve, el primer trimestre de 2020 seguirá la misma tendencia de una economía en recesión de los últimos tres trimestres.

Lo mismo sucede con la violencia que enfrenta la ciudadanía, si bien se pudo frenar la tendencia de crecimiento, el número de homicidios durante todo el año es el más alto de nuestra historia.

En lo político, el Presidente se niega a cualquier diálogo con la oposición y mantiene un discurso de confrontación que sigue dividiendo al país.

2020 se inicia con gran pesimismo tanto en materia económica como de seguridad.

En el primer caso, las estimaciones más optimistas proyectan un crecimiento económico de 1.4% para 2020, pero dados los resultados del último trimestre del año pasado, lo más probable es que arranquemos con un nuevo recorte sobre las expectativas de crecimiento para este año.

La realidad es qué hay desconfianza en la capacidad del Presidente y de su gabinete para reconocer el problema y revertir la situación actual, las empresas no van a invertir porque no ven que vaya a haber crecimiento.

El seguir culpando al pasado de los malos resultados en la economía y seguridad sólo abona a esa desconfianza y pesimismo.

Los programas sociales que puso en operación el nuevo gobierno, si bien han beneficiado a varios millones de mexicanos, no han tenido ni tendrán ningún impacto en la economía nacional, ya que el gasto público es el mismo.

El pesimismo que existe en materia económica va más allá de 2020 y las expectativas de crecimiento económico, según varias agencias financieras internacionales, para todo el sexenio no rebasan 2% anual.

Pesimismo y desconfianza son los dos factores que están limitando la inversión. Es cierto que entre la mayor parte de la población sigue existiendo esperanza en el Presidente, pero entre los sectores productivos, los inversionistas y las clases económicas de altos y medios ingresos, la desconfianza en el gobierno prevalece y como consecuencia, el pesimismo en el futuro.

De no revertirse en los próximos meses ese pesimismo y desconfianza, el gobierno de Lopez Obrador lograra, no una 4a transformación, sino un retroceso, no sólo en términos económicos, de seguridad y democracia, si no también en términos de reducción de la pobreza.

Los programas sociales de López Obrador son un apoyo para los pobres pero no los sacan de la pobreza, sólo con el crecimiento de la economía y del empleo, y una política social universal, se puede reducir estructuralmente la pobreza.

POR DEMETRIO SODI
COLABORADOR
@DEMETRIOSODI


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